Ünal ejecuta el plan de Bordalás

Triunfo sanador del Getafe al más puro estilo Bordalás: con sufrimiento. El Getafe no sale del descenso, pero por el Coliseum nadie duda de que, con Bordalás, El Mesías, la salvación llegará. El Celta, pagó con derrota un penalti cometido a los 50 segundos partidos. Tuvo 90 minutos para empatar, pero apenas dispuso de ocasiones para hacerlo.

A Bordalás se le entiende perfectamente porque suele ir de frente, y ayer mandó varios mensajes claritos con el once titular. Los centrales Duarte y Alderete, al banquillo, pero el que más ruido hizo fue la suplencia de Borja Mayoral, el fichaje más caro en la historia del Getafe: 10 millones. Jaime Mata, suplentísimo con Quique, volvía a un once inicial, como en los buenos viejos tiempos de Bordalás en Getafe. No hay navegante que no haya captado el aviso.

La jugada obtuvo un resultado inmediato, si bien el responsable no fue Bordalás sino Beltrán, que le hizo penalti a Ünal cuando no se había cumplido el primer minuto de partido. El turco ejecutó la pena máxima, que a punto estuvo de parar Villar.

El Coliseum, claro, cayó rendido a su entrenador tótem y recuperó el viejo cántico de “Bordalás, te quiero”. Con el regreso del técnico alicantino también volvieron al Coliseum las interrupciones, un mayor número de faltas, de tarjetas, el árbitro llamando la atención (dos veces) a Mejuto González, delegado de campo, porque los recogepelotas se hacían el longui para no devolver el balón, pérdidas de tiempo en cada falta recibida… el otro fútbol que históricamente acompaña a Bordalás.

El Celta, al que una victoria le aseguraba la permanencia, intentó sobreponerse al golpe inicial con entradas por banda, pero el Getafe se mantenía parapetado con firmeza. Bordalás había llamado a filas a su vieja guardia y Arambarri, soldado para cualquier guerra, volvía a jugar dos meses después.

A Carvalhal no le gustaba lo que estaba viendo en su Celta y, a los 26 minutos, recurrió a Carles Pérez, que acabó siendo el mejor de su equipo. La sustitución enfadó a Kevin, que quedaba señalado. Al descanso, dos cambios más. El Getafe mantenía desconectados a Gabri Veiga y Aspas, lo que dejaba al Celta sin recursos, recurriendo en ocasiones al balón en largo.

En el 57′, Jaime Mata estuvo a punto de marcar, pero Villar le sacó el remate. Un tiro demasiado cruzado de Aspas (70′) fue lo más cerca que estuvo el Celta de lograr el empate. La ocasion más clara del partido la tuvo Munir en el 85′, pero su remate dio en el larguero y botó en la línea de gol sin entrar. Fue lo más reseñable de un partido en el que no hubo grandes ocasiones porque no hubo fútbol.