Un terremoto llamado Isco
La aparición del malagueño en la alineación titular contra el Rayo tuvo consecuencias en el esquema de Pellegrini, en el marcador y en el mercado.
Siete meses después, Isco volvió a ser titular con el Betis. Siete meses después, Isco volvió a portar el brazalete de capitán. Siete meses después, Isco volvió a marcar un gol con la camiseta verdiblanca. Y siete meses después, Isco volvió a provocar un terremoto emocional en el Villamarín como los que viene haciendo posibles desde su aterrizaje desde la otra acera futbolística de la ciudad.
La primera sacudida llegó en el esquema de Manuel Pellegrini. La entrada de Isco en el once en su posición natural, por detrás del delantero, desplazó a Giovani Lo Celso hacia la banda derecha. El malagueño y el argentino se entendieron, aunque el segundo entró menos en contacto con la pelota, lo que palió aumentando su sacrificio defensivo. El caso es que cuando, pasada la hora de partido, Isco fue sustituido, Lo Celso volvió a su posición natural regaló goles de todos los colores a los delanteros sin que nadie lo aprovechara.
Pellegrini reconoció que quizás tuvo a Isco más tiempo del deseado sobre el terreno de juego. Tampoco ocultó que pese a que Lo Celso partiera de la banda derecha, tenía libertad total de movimientos para desplegar su fútbol. Lo cierto es que al Ingeniero le toca pulir su dibujo para que el brillo de sus dos estrellas se coordine en lugar de que una opaque a la otra.
La segunda consecuencia de la entrada de Isco en el once estuvo en el marcador. Primer tanto de la temporada del capitán, que asumió la responsabilidad del penalti cometido sobre Vitor Roque por delante de Lo Celso, que había sido el lanzador habitual esta temporada. Quizás por la emoción de su regreso desde el inicio, quizás por galones, lo cierto es que la decisión de Isco se impuso a todo lo demás.
La última consecuencia de la vuelta con papeles de Isco se va a haber en el mercado invernal. Ni corto ni perezoso, en lugar de evadir la cuestión sobre el futuro de Dani Ceballos, mostró su opinión con contundencia. “A ver si viene ya para acá”, fueron sus declaraciones sobre el que ha sido su compañero en el Real Madrid y cuya vuelta es el objeto de deseo del Betis desde hace varias temporadas. Por si puede arrimar el hombro, el malagueño echa una mano a la dirección deportiva de Manu Fajardo.
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