Un recital de Íñigo Vicente tira del Racing para sacarlo del descenso

El Racing sumó una victoria de mérito ante uno de los equipos más en forma del campeonato, saliendo así de los puestos de descenso y acercándose al escalón en el que pelean Andorra, Zaragoza, Mirandés, Sporting... El Leganés, por su parte, se aleja de los puestos de playoff tras un partido en el que pasaron muchas cosas, la mayoría favorables a los locales.

El primer tiempo arrancó a toda pastilla, con Arnaiz sembrando el pánico por la izquierda y el Racing complicándose la vida en la salida del balón. El primer cuarto de hora metía más miedo el Leganés, aunque también el Racing daba la sensación de poder con la defensa pepinera. A partir de entonces el juego se igualó y llegó el gol cántabro, en un córner mal defendido y que remachó Baturina. Los de Idiakez entraron en pánico y el Racing daba la sensación de poder sentenciar antes del descanso. No lo hizo. Incluso Juan Muñoz tuvo en el 45′ la más clara para empatar, tras un error entre Mboula e Íñigo que propició una contra del capitán pepinero. No marcó, gracias a un paradón de Parera de el uno contra uno, la especialidad de la casa.

El Racing supo reinventarse tras las ausencias vitales de Juergen, Pombo y Matheus, con Aritz Aldasoro hipermotivado, apareciendo por todos los lados (con un par de fallos en el pase también) y haciendo más fácil la vida a sus compañeros. Lo de Baturina por el brasileño ya queda justificado con el gol que marcó el croata y lo de Íñigo Vicente en el puesto de Pombo fue extraordinario. El de Derio soltó un partidazo, pleno de calidad, de personalidad y al que solo de faltó al gol, aunque la asistencia que le puso en la cabeza a Mboula para el 2-0 tuvo valor gol.

Nada más comenzar el segundo tiempo llegó el tanto de Mboula, tras un gran corte de Saúl de una contra del Leganés, abriendo de primera a Vicente y el vasco puso un caramelo en la cabeza de Jordi Mboula, que remachó a la perfección en el segundo palo. Parecía la sentencia, pero no lo fue. Idiakez hizo tres cambios de golpe, pasó a defensa de tres (los dos habían empezado en 4-2-3-1) y metió al Racing en la cueva, siempre escorando el juego a la izquierda, buscando a Arnaiz, el más inspirado de los suyos. Un córner mal defendido por los de José Alberto, o una locura de acción de estrategia del Leganés, lo aprovechó Arnáiz para marcar y meter el miedo en el cuerpo a los racinguistas.

Y justo en ese momento, Neyou entra en ebollución y le da un cabezazo a Íñigo Vicente justo delante del árbitro, provocado verbalmente por el racinguista, ellos sabrán qué se decían, y deja a su equipo con uno menos a falta de media hora. El Racing tuvo cuajo a partir de ese momento para gobernar el partido, y aunque hubo un par de ocasiones, una para cada lado, Arnaiz y Mboula, perfectamente resueltas por Parera y Riesgo, el marcador no se movió. Los nueve minutos de alargue se vivieron con El Sardinero en pie y dando un gran soporte a los suyos, que supieron matar el partido en campo contrario. Fue mejor el Racing en el cómputo global del partido, con más jugadores cerca de su mejor nivel que los que tuvo Idiakez en su mejor versión.