Un puzzle dispar en el Eibar
Ante la falta de resultados, la reubicación de algunas de sus piezas ha terminado siendo decisiva. Nolaskoain gana peso como central y Arbilla es una solución en el flanco zurdo.
¿Para qué esperar al mercado de fichajes si la principal solución puede estar en casa? Ese ha debido ser uno de los pensamientos de Beñat San José que, lejos de soñar con lo que hay fuera, ha encontrado dentro de su propia parcela ciertos remedios a sus problemas. Esto se debe a la partida de ajedrez jugada en las últimas jornadas, donde constantemente ha movido sus piezas. Y no por dar simplemente entrada a unas y salida a otras, sino por el mero hecho de modificar su posición. Justo cuando dichos jugadores no daban motivos para ello.
El rendimiento de Nolaskoain en el medio del campo o Arbilla en la posición de central jamás invitarían a probar a dichos integrantes en una nueva ubicación. De hecho, durante los meses en los que al Eibar más le costó sacar resultado, ambos eran uno de los pocos que podían salvarse de la quema. Sin embargo, las necesidades del equipo les han encomendado nuevas tareas y actualmente, su posición sobre el verde ha cambiado. Si el capitán es el encargado de hacerse con el carril zurdo, Nolaskoain ha pasado a ser el escudero de Marco Moreno en el eje central.
Hay varias razones que aprueban estos cambios, pero su principal argumento se encuentra en el apartado defensivo. Gracias a estas modificaciones, San José ha ganado altura en el blindaje del área y un lateral corrector con el que cerrar el costado que más dudas le estaba generando. Hasta el momento, ni Arrillaga, ni Buta, quien ha perdido su vitola de titular, se han ganado su total confianza y el de Larraintzar es un seguro de vida en cualquier demarcación de la retaguardia. Además, su vacante ha pasado a ser ocupada por la del ‘8’, que está sobresaliendo en todas las disputas aéreas. Aquellas que podían ser un incordio para el navarro ante su falta de centímetros.
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Las mencionadas no son las únicas reubicaciones que ha realizado el técnico donostiarra a lo largo del curso. Sin ir más lejos, ahora Mada brilla partiendo como banda derecha, cuando hasta hace nada actuaba en el doble pivote; a Corpas le da lo mismo si percutir por banda natural o por la contraria; y Álvaro Rodríguez, al fin ejerce en su posición habitual tras alternar el extremo derecho y el lateral zurdo durante el inicio de la competición. San José odia las etiquetas y son sus decisiones las que hablan por sí solas en la pizarra. Sin limitaciones. Todos al servicio del puzzle armero, el verdadero rompecabezas.
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