EL REPORTAJE

Un pedazo de la UEFA en la Cañada Real

La organización financió en 2016 la creación de un campo de fútbol para acabar con la marginación de la zona. Sin embargo, el difícil mantenimiento y el acceso ha reiniciado el proceso.

PEPE ANDRESDiarioAS

La pelota es la ley en cualquier campo de fútbol. Ya puede estar en una zona pudiente o en el sector seis de la Cañada Real Galiana, que todo aquel que entre en sus dominios acatará sus sentencias. Cuando el balón manda, no hay más. Igualdad en su máxima expresión. Y en la Cañada no sólo manda; también es un reclamo de naturalidad, una llamada de atención para salir del ostracismo y la marginación.

Una llamada que la Fundación UEFA, con el apoyo de las asociaciones que trabajan en la zona, atendió en 2016 financiando la creación de un terreno de juego de césped artificial. Un “regalo” para quienes antes esquivaban escombros y adversarios en un humildísimo campo de tierra. De las cicatrices por caer sobre chatarra y basura pasaron a los ‘moratones’ por una entrada tardía. En uno de los antiguos grandes mercados de la droga europeos, entre hogueras y naves abandonadas, un espacio para la normalidad se abrió para los jóvenes de la Cañada.

El periodista del Diarios AS Marcos Romano, en el centro, charla con los jóvenes de la Cañada Real. PEPE ANDRESDiarioAS

El paso de los años ha transformado la ilusión de un inicio prometedor, cuando disputaron una liga interparroquial incluso, en la resignación propia del olvido que sufre la zona. El campo sigue funcionando gracias a una treintena de adolescentes que acuden todos los sábados, pero los problemas diarios ‘matan’ el proyecto poco a poco.

El mantenimiento de unas instalaciones deportivas cada vez más destartaladas queda a cargo de los vecinos y asociaciones como El Famal o Cáritas. “El cuidado del campo depende de nosotros y, aunque hacemos ‘cositas’, no tenemos los medios necesarios”, afirman trabajadores sociales. Las gradas han pasado por mejores tiempos, con demasiados tablones sueltos como muestra de ello, el corcho del césped artificial se ha comido el verde de este y el acceso es ahora un barrizal.

Por otro lado, la difícil comunicación de la zona dificulta sobremanera cualquier participación en una liga municipal. La estación de Metro más cercana, la de Las Suertes, se encuentra a cinco kilómetros y la de autobús sólo un par de kilómetros más cerca. “Las empresas de autobuses bastante tienen con venir para llevar a los niños a la escuela”, confiesan desde El Famal.

Y, por si fuera poco superar todo eso, el estigma de vivir en la Cañada Real Galiana se convertiría en el último escollo, quizás, insalvable. Pero, ¿qué no ha conseguido el fútbol?

17/12/22 REPORTAJE CAMPO DE FUTBOL SALA DE CARITAS EN LA CAÑADA REAL GALIANA PEPE ANDRESDiarioAS

Un sueño

La histórica travesía de Marruecos por Qatar 2022, convirtiéndose en la primera selección africana en llegar a semifinales de un Mundial, ha dado motivos para soñar a estos jóvenes, la mayoría marroquíes, que vivieron pegados a la televisión durante la competición. “Ellos han hecho historia, nosotros podemos hacer algo similar creando un equipo aquí”, explican. Sin embargo, de todos ellos solo uno, Yasin, juega en un equipo federado, el Atlético Vallecas, a una hora de trayecto de su casa. Mal comienzo para un sueño, el del balón y la normalidad, que lucha por nacer entre hogueras y escombros.

Lo más visto

Más noticias