Un coco viene a verme

Un coco viene a verme. Eso piensan los leones. No es un equipo con un nombre imponente, pero el Slavia de Praga se trae a San Mamés una hoja de servicios que merece un respeto (sigue el partido en directo en As.com). El conjunto de Jindrich Trpisovski alcanzó el curso pasado los octavos de la Europa League, en 2019 y 2021 se plantó en cuartos y en 2022 llegó a este punto, pero en la Conference. Y, lo que es más importante, lidera con solvencia, tras once partidos, su liga, donde no ha perdido, y obtuvo el domingo una valiosa victoria a domicilio ante el Jablonec, por 1-2. Encadena nueve partidos oficiales invicto. La última, y única, derrota en los 17 encuentros que ha disputado esta temporada fue el 2-0 que encajó el 20 de agosto en el campo del Lille en la ida de la última previa de la Champions, en la que cayó apeado.

Los rivales de esta noche en La Catedral han arrancado la fase liga de la Europa League con cuatro puntos sobre seis posibles. Los leones arañaron uno en el Olímpico de Roma y se impusieron con autoridad en casa AZ Alkmaar (2-0). El Slavia, por su parte venció a domicilio al búlgaro Ludogorets (0-2), el próximo rival de los leones, y empató en Praga con el Ajax (1-1). En Bilbao el torneo se vive con más ilusión que nunca al atisbar en lontananza la final en San Mamés, el 21 de mayo. Valverde ha vaciado casi por completo la enfermería. Queda por incorporar a Simón, tras operarse de la muñeca a la conclusión de la Eurocopa. Berenguer está en un momento dulce y podría mantenerse en la mediapunta, de tal forma que el recuperado Sancet esperaría turno en el banquillo.

Comandado por el liberiano Oscar Dorley, el Slavia es un equipo sólido, experimentado y con buenas transiciones. En la actual plantilla hay numerosos extranjeros, como los centrocampistas Dorley, liberiano, y Michez, nacido en Bélgica e internacional juvenil con Camerún, además de la joven promesa senegalesa Malick Diouf y el nigeriano Ogbu en defensa, aunque este último está lesionado.

Además, es un equipo lleno de experimentados jugadores checos, como el lateral izquierdo Boril, el central Holes, el centrocampistas Provod y el delantero Chory, en un plantel que ha aportado entre siete y ocho jugadores a la selección nacional en las últimas convocatorias. Tomas Vaclik, portero checo que militó en equipos como el Sevilla y el Albacete, ve un claro favoritismo local: “La Liga está mucho mejor que la de mi país, el nivel es mucho más alto, allí hay dos equipos que son muy superiores al resto: uno es el Slavia de Praga y el otro es el mío, el Spartak de Praga”. Ogbu, Fila, Vorlicky y Schranz están fuera de combate. El cuadro de Trpisovsky llegará acompañado por 1.300 hinchas, y habrá un gran dispositivo policial para evitar problemas.

La de hoy será la tercera visita de un equipo checo a La Catedral. En las dos anteriores estuvo el Sparta Praga, otro club histórico que esta temporada disputa la Champions y en el que milita el exrojiblanco García de Albéniz, que se recupera de una grave lesión de rodilla. Ambos choques frente al Sparta acabaron en empate. El 30 de septiembre de 1970, con un gol de penalti de Fidel Uriarte, los rojiblancos lograron un 1-1 insuficiente para superar la primera ronda de la Copa de Ferias tras perder por 2-0 en Praga. El segundo fue más reciente y pasó además a la historia del club bilbaíno. No por el intrascendente 0-0 registrado aquel 6 de diciembre de 2012 con el Athletic ya fuera de la Europa League sino por ser el último partido europeo que se disputó en la vieja y ya desaparecida Catedral.

El Slavia de Praga ha destacado, antes del pitido inicial, un vínculo entre ambos clubes que se remonta a la figura del legendario entrenador eslovaco Ferdinand Daucik (1910-1986). En un elogioso artículo en su web, define al Athletic como “un equipo único en el mundo”, marcado por un legado de “honor y orgullo”, y con una apuesta por la cantera vasca que ha dado innumerables futbolistas de alto nivel al fútbol europeo. El artículo, titulado “Cómo ‘once aldeanos’ asombraron al mundo”, también repasa el vínculo entre los dos equipos rojiblancos, que tiene un nombre propio: Ferdinand Daucik.

Nacido en 1910, Daucik fue un destacado defensa del Slavia de Praga, con el que se coronó campeón de la liga checoslovaca en 1935 y 1937, y ganó la prestigioso Mitropapokal en 1938, una de las competiciones de clubes más importantes de la Europa Central en ese entonces. Tras colgar las botas, emigró a España, donde se convirtió en uno de los entrenadores más exitosos en la historia de la Liga nacional. Hasta el pasado septiembre, cuando le superó el chileno Manuel Pellegrini, fue el entrenador extranjero con más partidos dirigidos en la historia de la Primera española, con un total de 488.

En el Athletic, donde entrenó entre 1954 y 1957, dejó una importante marca: en ese tiempo conquistaron un título de Liga y dos Copas, según recuerda el Slavia. En España, el entrenador eslovaco dirigió en su dilatada carrera a numerosos equipos, incluidos Barcelona, Atlético de Madrid, Betis, Sevilla y Espanyol. El artículo también destaca la legendaria victoria por 0-2 en la final de la Copa de 1958 en el Bernabéu contra el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano. Este triunfo, uno de los mayores hitos de la historia del Athletic, se consiguió con una plantilla compuesta íntegramente por jugadores locales y fue descrita por el entonces presidente del club como “una victoria con once aldeanos”, según recuerda el Slavia para explicar la expresión con la que titula el artículo.

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