Tarde de hielo y hiel en Praga

El Betis se quedó congelado en Praga y tendrá que jugarse su clasificación ante el Rangers en el último duelo de la fase de grupos. El equipo de Pellegrini cerró una racha de 13 partidos sin perder y lo hizo con una actuación demasiado previsible en la que no encontró ningún atisbo de pegada. El Sparta Praga se agarró a su eficacia para tumbar a los verdiblancos y dejar en el aire el futuro continental del equipo de Manuel Pellegrini, obligado a elevar su nivel para ganarse su billete a octavos.

El Betis comenzó frío en el Epet Arena. Su puesta en escena se asemejó a la de otros duelos europeos. Quiso tomar los mandos sin terminar de mandar. Quiso conquistar espacios sin terminar de atraparlos. Sí tuvo personalidad para combatir contratiempos y evitar que el Sparta encontrara claros caminos de contragolpe. Ruibal titubeó ante Haraslin, pero las grandes acciones del primer tiempo llegaron del lado verdiblanco. Fekir centraba los focos y quiso también centrar el liderazgo creativo de su equipo. Pero nada es sencillo tras nueve meses sin apenas jugar. Atrapó el balón, lo escondió e imaginó espacios. Pero faltaba un ápice de verticalidad en cada una de sus apariciones. Assane lo tenía más claro: fue valiente en sus apariciones y pronto probó a Vindahl desde la lejanía. El Sparta se entregó a la movilidad de Laci y a las apariciones de Birmancevic. Poco, casi nada, aunque el Betis no terminaba de ajustar sus llegadas para transformarlas en algo valioso.

Fekir, más presente en la creación de la jugada que en su finalización, se topó con una buena oportunidad ante Vindahl, pero su disparo careció de chispa. Sí la tenía Assane, que en un gran movimiento encontró un buen pase para Borja Iglesias. El gallego, titular esta vez, desaprovechó el servicio al no definir con precisión ante el meta checo. Había intenciones en los verdiblancos. También cierto aire previsible en sus decisiones.

Pellegrini quiso cambiar la historia del baile al descanso. Fekir ya había gastado sus minutos y el turno de Isco entró en escena. El malagueño quería darle más ritmo al juego verdiblanco, pero fue el Sparta el que lanzó avisos de atrevimiento. En uno de ellos Haraslin hizo su enésima diagonal para entrar en el área y lanzar un preciso disparo que sorprendió a Rui Silva. Golpe a un Betis que no encontraba su sitio en el césped del Epet Arena. Ruibal se atrevió en una internada sin demasiada incidencia mientras Pellegrini buscaba un plan alternativo para dañar a un rival crecido. Ayoze y Luiz Henrique se disfrazaron de revolución. Isco seguía buscando su batalla particular, pero a este Betis le hacía falta algo más.

Los cambios no le bastaron a Pellegrini para aislarse de un frío que contagió a casi todos. Había ímpetu en el cuadro checo y precipitación en el bético. Ayoze y Luiz Henrique quisieron cazar espacios cuando ya no los había y el Sparta resistió hasta el cierre para aceptar el regalo verdiblanco en este grupo C y soñar también con una gloria que parecía más verdiblanca de lo que ahora es. El deseo de clasificación exprés del Betis se truncó en esta tarde de hielo y hiel en Praga. El plan de Pellegrini tendrá una cita de oro en ese duelo ante el Rangers que puede marcar un punto de inflexión en la temporada”.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.