E. LEAGUE (1/8, IDA) | ROMA - REAL SOCIEDAD
La batalla romana de la Real empieza en el Olímpico
Con Silva como su particular general, el ejército de Imanol busca dar carpetazo a su bache visitando al batallón de la Roma de Mourinho en la ida de los octavos de la Europa League.
La batalla de Roma empieza hoy en el Olímpico (sigue el partido en directo en AS.com). Una batalla entre dos estilos muy diferentes. Una batalla descarnada por hacerse con un sitio en unos cuartos de final de la Europa League. Una batalla que tendrá su desenlace dentro de siete días en el campo de batalla del Reale Arena, pero antes habrá que salir vivo de la arena del Olímpico. Los gladiadores de la Real Sociedad y la Roma ya están preparados, comandados por dos emperadores con una personalidad arrebatadora: Imanol Alguacil y José Mourinho. O lo que es lo mismo, el ‘gitano de Orio’ contra ' The Special One’, autoproclamados ambos bajo esa denominación. Una batalla inédita e histórica. Al menos para los txuri-urdin, que no habían llegado tan lejos en la Europa League.
Digamos que Imanol Alguacil quiere convertirse en el nuevo Odoacro, que se autoproclamó rey de Italia en vez de emperador del Imperio romano, y fue quien venció por última vez a Roma. Fue en agosto de 476. Ha llovido mucho, pero el oriotarra quiere emular a Odoacro y ser el primero que gane y marque un gol en el Olímpico de Roma este año. Para ello, no tengan duda de que deberá fijarse mucho en otra figura relevante de la época romana: Aníbal un brillante estratega militar. Fue considerado el peor enemigo del Imperio Romano. Está por ver si el oriotarra se convierte en el particular Aníbal del batallón romano de Mourinho. Preparado para una cruenta pelea debe estar, porque se va a encontrar un campo de batalla infernal, un Olímpico de Roma con 70.000 tifosi en las gradas que convertirán el partido en una caldera hirviendo en la que no se quieren quemar los donostiarras.
La clave será salir vivo del coliseo romano. Que los leones como Cristante, Wjinamdum, Dybala, Spinazzola… no muerdan como suelen hacerlo. Y para ello será fundamental encomendarse a su general con mando en plaza, un David Silva que regresa a tiempo de liderar a las tropas txuri-urdin para intentar la conquista del Olímpico. La Real ha sufrido la ausencia de su guerrero más virtuoso, el que da sentido a toda la estrategia de batalla que idea y planea Imanol Alguacil. Para el oriotarra será también otro reto, ser capaz de superar a un entrenador como Jose Mourinho, tan polémico y mediático ante la prensa como estratega y motivador a partes iguales. Porque el duelo no se vivirá solo en el campo de batalla, también tendrá mucho que decir los banquillos y la grada. Habrá que ver cómo se adaptan los donostiarras al ambiente hostil que van a vivir, y hasta qué punto lo pueden contrarrestar los alrededor de 2.000 aficionados de la Real que viajan hasta Roma para disfrutar de una cita que perdurará en la historia, pase lo que pase.
La Real Sociedad no parece que llega bien a este primer envite de la eliminatoria. La sensación es que está en un bache, más mental que físico, que afecta a su juego, y eso como si fuera un castillo de naipes, perjudica a su puntería en los metros finales. Y la Roma llega de subidón, el que le dio la victoria del pasado domingo contra la Juventus. Los de Mourinho juegan a no dejar jugar al rival, y penalizar sus errores hasta el punto de hacérselo pagar muy caro. Y a ese juego debe adaptarse una Real que sí quiere jugar, y más con Silva sobre el terreno; pero que se le han atragantado este tipo de planteamientos esta temporada.
Veremos qué sorpresa prepara Mourinho, que no descarta jugar con cinco defensas, con el exrealista Diego Llorente con opciones de ser titular por primera vez. Y veremos qué oposición hace Imanol a esa posibilidad. Todo apunta a la vuelta del ‘rombo mágico’ formado por Zubimendi, Merino, Brais Mendez y, por supuesto, Silva. Con Gorosabel en el lateral derecho. Y arriba con la duda entre Kubo, el mejor jugador de febrero en la Real, y Oyarzabal, el estandarte de este proyecto. Pero dan igual los nombres de los guerreros, lo realmente importante es salir vivo de la caldera del Olímpico.