Europa 25 años después
El Rayo se estrena en Conference, tras aquella aventura en UEFA la 2000-01. “Deben salir fuertes para dejar solucionada la eliminatoria”, les aconseja Cota.
El EuroRayo ya está de vuelta. Cuarto de siglo después, el continente recordará quién es Vallecas. La primera vez que la Franja selló su billete europeo fue gracias al fair play. Se estrenó contra el Constel·lació con una goleada (0-10) que sigue siendo histórica. Ahora, los rayistas disputan la previa de Conference, tras quedar octavos en Liga, y se medirán al Neman Grodno. De Andorra a Hungría. Del aliento de 400 rayistas a la puerta cerrada. De Juande Ramos a Iñigo Pérez.
“Nos lo tomamos más como un premio que como otra cosa”, arranca el técnico de aquella primera aventura que llegó hasta los cuartos de la UEFA. “Todos nos trataban como el patito feo, el hermano pequeño que no tiene derecho a nada... Y nos rebelamos”, sentencia Juande, quién adelantó la pretemporada unos 15 o 20 días. “Tenía programada mi boda y un viaje de novios muy chulo por Estados Unidos, que nos había diseñado un amigo de una agencia. No pudimos ir por la previa. Fuimos una semanita a Ibiza porque Juande no me dejó incorporarme más tarde”, desvela Bolo, autor de dos goles en Andorra.
Los mismos que marcó su amigo Míchel. El actual entrenador del Girona firmó el primer tanto de su Rayo en Europa y lo celebró con Cota, que sorprendentemente había sido suplente. “Los veteranos nos ponían las pilas porque sabían que esto igual no lo volvíamos a vivir”, rememora Míchel, quien guarda aquellos vídeos como tesoros: “Mis hijos alucinan cuando los ven”. Son muchos los recuerdos de esa previa. “Tengo grabado cuando, estando de vacaciones, nos llamó el delegado para volver antes porque entrábamos en UEFA”, ríe Pablo Sanz, que también mojó en la ida contra el Constel·lació. Al igual que Luis Cembranos. El centrocampista, da una de las claves: “Nos tomamos las cosas en serio desde el principio. Ese duelo sonaba más a pretemporada, pero era importante para nosotros”.
“Todos nos trataban como el patito feo... Y nos rebelamos”
Juande Ramos
Era el sueño de un vallecano como Cota, que ha renovado su abono y está dispuesto a dejar atrás su miedo a volar para volver a ver a su Rayo en Europa. “Esto es como ganar una Champions. Nunca pensamos en vivirlo y menos aún en repetirlo. Hay que disfrutar”, apunta el eterno capitán, que aprovecha su experiencia para aconsejar a los de Iñigo. “No se pueden fiar. Si el Neman Grodno ha llegado hasta ahí es por algo. Deben salir motivados y fuertes para dejar solucionada la eliminatoria allí. No andarse con chiquitas. Lo tenemos todo a favor, jugando la vuelta en casa”, argumenta el lateral, que aún tiene clavada su suplencia en ese estreno europeo: “Juande nunca me explicó el porqué y me hubiera gustado saberlo”.
Después, en la vuelta, llegó una fractura de tibia que le privó de disfrutar en el campo. “A pesar de todo, no cambiaría nada. Días antes de la grave lesión, me avisó un vidente que me encontré en un restaurante. Le recriminé que me lo dijera porque me podía sugestionar. No le hice caso, pero cuando me lesioné pensé en aquellas palabras”, suspira Cota.
A él le gustaría estar en Hungría. A las órdenes de Iñigo Pérez, que no podrá contar con Óscar Valentín, por unas molestias. Al igual que Luiz Felipe. El once del Rayo para su estreno europeo es una incógnita, especialmente la presencia (o no) de Trejo. El capitán sin brazalete. El pegamento del vestuario. Quien renovó a la baja por partidos como este contra un Neman Grodno, que es séptimo del campeonato bielorruso y cuyo valor de mercado, según Transfermarkt, es de 4,73 millones de euros. Por los 66,6 millones del Rayo. El jugador más caro del rival franjirrojo es el central Parkhomenko (600.000€).
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Para el Neman Grodno, que se fundó en 1964, la Conference es su prioridad. El último mes solo ha jugado partidos europeos y ha dejado por el camino al Urartu armenio, el Kosice eslovaco y el Klaksvik feroés. Ahora aguarda el Rayo que viene de un brillante estreno liguero y golear al Girona. El tiempo ha pasado, pero la ilusión de todo un barrio sigue intacta 25 años después.
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