El reglamento hace líder al Villarreal

El reglamento salvó al Villarreal en Rennes. Massimiliano Irrati, árbitro italiano encargado del VAR, demostró que se lo sabe al dedillo, como se presupone que todos, pero gracias a que avisó a su colega turco, que en directo no se percató, el Villarreal acabó como líder de grupo. El fútbol nunca te deja de sorprender, porque siempre pasa algo que nunca o pocas veces se había visto antes. Resulta que Assignon empató en el ciento y pico de partido, un gol que dejaba al Rennes como primero, pero tras la revisión del VAR, el tanto fue anulado. ¿Por qué? Porque la acción venía de un lanzamiento de falta que ejecutó Le Fée, quien estrelló el balón en el larguero y éste volvió a los pies de Le Fée sin que lo tocara nadie entre medias, La norma dice que eso no vale. Así que gol anulado, final de partido y el Villarreal, líder.

En el caos, además de un árbitro rápido de reflejos y estudioso del reglamento, pon un Gerard Moreno y Dani Parejo en tu vida. Gracias a ellos, a sus virtudes y saber estar, el Villarreal triunfo en Betraña, aunque sufriendo hasta el más no poder. Sus goles y el de Akhomach le dieron la victoria y el líderato, con todo lo que ello conlleva en este formato de competición. Los de Marcelino se olvidan de Europa hasta marzo, cuando afrontará los octavos, evitando así esa ronda intermedia que disputarán los segundos de grupo, entre ellos el Rennes, contra alguno de los que caen de la Champions.

Lo peor para un partido tenso es un árbitro nervioso y al turco Atila Karaoglan se le fue escapando de su control la tarde. Primero puso el listón de las tarjetas demasiado bajo, después se dejó llevar por el ambiente para amonestar a Gerard Moreno por su habitual celebración de gol, entendiendo sus besos a la cámara como una provocación al público, continuó con su desconcierto pitando empujón de Baena cuando desde el VAR de lo que le habían avisado era de un posible penalti cometido sobre él y remató la noche dejando seguir la jugada tras la infracción de Le Fée, porque si hubiera pitado ahí, no habría habido gol que anular de Assignon. Ello exculpándole de que tuviera que ser también el VAR el que le dijera, en el penalti que transformó Gerard Moreno, que donde había visto pisotón a Baena fuera del área en realidad había sido dentro.

El Villarreal se adelantó en el marcador tras ese penalti cometido por Belocian. Totalmente innecesario, impecablemente lanzado por Gerard Moreno. El gol llegó tras haberle bajado entre Parejo y el propio Gerard las pulsaciones al Rennes, que salió frenético, fiel a su estilo intenso, jaleado por una grada que quería ayudar a los suyos a mantenerse líderes. Pero los amarillos se empanaron en la reanudación del juego y tras el saque de centro, con dos toques, Assignon le ganó la espalda a Altimira, le dejó sentado con un recorte y sin ángulo superó a Reina.

Tras el paso por los vestuarios, Marcelino calmó a los suyos y estos interpretaron mejor lo que tenían que hacer. En esa fase llegó el gol de Akhomach, que hizo lo que quiso con Theate. Con el 1-2, el Villarreal pudo sentenciar el encuentro y la clasificación. Pero no lo hizo. Julien Stéphan enloqueció todavía más de lo que estaba el partido con su carrusel de cambios, pasando a jugar como quien dice con cuatro delanteros. Marcelino trató de poner cordura dando entrada a Coquelin y Morales, aunque sus jugadores se fueron echando para atrás de forma peligrosa. Tanto que llegó el empate de Blas, en una accion donde había demasiadas camisetas amarillas dentro del área y ninguno cerca del futbolista bretón, que remató a placer desde la frontal.

El Villarreal tenía 11 minutos más la prolongación para hacer un gol que le volviera a aupar a la primera posición del grupo. Le sobraron 10. Parejo, en la siguiente acción al gol del empate del Rennes, combinó de forma magistral con Gerard y Baena y ejecutó al veterano Mandanda, que nada pudo hacer. El Submarino ya solo tenía que aguantar. El Rennes parecía tocado, aunque no hundido. Su público le empujaba. Entonces llegó el fatídico golpe de la cabeza Gabbia con la rodilla de Raúl Albiol. Mientras estuvo siendo atendido, el ambiente se congeló. Cuando se retiró con gestos de estar consciente, la caldera regresó. Ya nadie sabía cuánto tiempo quedaba, porque había añadido 6 minutos, pero el tiempo había estadao parado mucho más. Y fue así como se llegó al ciento y pico, a la falta que repelió el travesaño de Le Féé y al gol anulado a Assignan.