ITALIA

El Atalanta, orgullo de Italia

El triunfo de Dublín es un premio merecido para un equipo que en los últimos ocho años ha sido una máquina perfecta dentro y fuera del campo.

OLI SCARFFAFP

El Atalanta que levanta la Europa League es una oda al trabajo. Bérgamo, ciudad que roza los 120.000 habitantes, es famosa por el carácter duro e intenso de su gente. “Mola mia” en dialecto bergamasco, significa “nunca te rindas” y es un lema que se hizo famoso en toda Italia en 2020. Tras el 3-4 del Mestalla, los jugadores mostraron el mensaje en una camiseta dedicada al pueblo de una de las primeras ciudades de Europa que sufrió los peores efectos de la pandemia a punto de llegar. La foto de los 70 vehículos militares que transportaban los cuerpos por falta de sitio en Bérgamo ya es parte de la historia de Italia.

Fundado en 1907, el club lombardo le debe su nombre a la diosa de la mitología griega. Antes de la legendaria noche de Dublín, solo había celebrado un título, la Copa italiana de 1963. Pero el nuevo triunfo no sorprendió a nadie. Antonio Percassi, empresario de gran éxito y exjugador de la Dea, con la que vivió 110 partidos, paseaba por el Aviva Stadium entre lágrimas. Presidente desde 2010, ha construido una de las entidades más sólidas de Italia basándose en un balance sano, en el talento de sus ojeadores, en la cantera, en las estructuras (el “Centro Bortolotti” de Zingonia, y el Gewiss Stadium recién modernizado, una rareza para Italia) y, desde 2016, en el trabajo de Gian Piero Gasperini.

El fútbol del italiano ha adelantado los tiempos. Mientras según la mayoría de los futboleros, el 3-5-2 (o 5-3-2) era considerado un dibujo aburrido, amarrategui y defensivo, Gasperini mostraba su lado más agresivo y divertido. Y ahora está de moda. Tras etapas positivas en Crotone y Genoa, en 2011 tuvo una mala experiencia en el Inter que lentificó su carrera. En Milán apenas duró unos meses, y tuvo que volver a reconstruirse por Palermo, Genoa y, finalmente, Atalanta. Desde su llegada, la Dea pasó de luchar por evitar el descenso (ascendió en 2011 y su secuencia, después, fue terminar en el puesto 12, 15, 11, 17 y 13) a participar con continuidad en las competiciones europeas.

Con ‘Gasp’, el Atalanta tuvo a un paso la gloria en Italia (con tres finales de Copa perdidas en 2019, 2021 y 2024), y en Europa. En 2020 rozó una semifinal de Champions cayendo sobre la bocina con el PSG, en 2022 llegó a los cuartos de Europa League y este año terminó la cabalgada que soñaba su pueblo. Lo hizo con un fútbol divertido, intenso, agresivo. Guardiola definió jugar con el Atalanta como “ir al dentista” por la incomodidad que le genera al rival. El equipo de Gasperini presiona hombre a hombre y, cuando conquista el balón, lo mueve rápidamente, con calidad y atacando con fuerza a los costados. El primer gol de la final con el Leverkusen es un perfecto manifiesto en este sentido. Es un modelo tan arraigado y perfecto que, cada vez que sale un nombre del Atalanta en el mercado, todos se preguntan si su rendimiento, fuera de Bérgamo, será el mismo.

La mezcla entre cantera (Carnesecchi, Scalvini, Zappacosta, Ruggeri...) y talentos encontrados y valorizados en el mercado (Pasalic, Koopmeiners, De Keteleaere, Scamacca...) hizo grande un sistema que funciona perfectamente desde hace casi una década. En Bérgamo explotaron talentos como los de Ilicic, el ‘Papu’ Gómez, Duvan Zapata, Pessina, Mancini, Cristante, Gosens, Bastoni, Kessié, Kulusevski, Romero, Hojlund y en los números de sus ventas está la fórmula del éxito. Lookman, fichado por 15 millones (variables incluídas) sin haber tenido nunca continuidad en Inglaterra y Alemania, es un ejemplo perfecto del trabajo bergamasco: 30 goles en dos temporadas y un hat-trick legendario.

El Atalanta, desde la temporada 2016/17 percibió en el mercado 677,38 millones de euros, pero siguió invirtiendo (los gastos, en el mismo periodo, llegan a 515,68 millones de euros) y reforzando un equipo que cada vez apunta más alto. La gran pregunta, ahora, es saber qué será del club si Gasperini decide marcharse. El Nápoles está intentando convencerle y el técnico afirmó que se siente como “un marido casado y con hijos, que encuentra a una mujer hermosa”. Un ejemplo que causó polémica, pero que confirmó los rumores. Mientras tanto, sigue recibiendo elogios.

Gigi Buffon expresó en ‘X’ el sentimiento de la mayoría de los italianos: “Asistir a esta victoria es casi comparable a la alegría de ver triunfar al equipo de sus amores. ¡Solo cumplidos y admiración para el Atalanta, como equipo, sociedad y ciudad! Y un aplauso especial al genio que guía al equipo desde el banquillo”. El otro lado de la medalla es un recuerdo polémico de otro juventino, Andrea Agnelli. El expresidente bianconero, en 2020, hablando en el ‘Business of Football Summit’ de Londres, dejó caer ya los conceptos que un año después habrían llevado al primer intento de Superliga: “Respeto lo que está haciendo el Atalanta, pero sin historia internacional y con una gran actuación deportiva tuvo acceso directo a la máxima competición europea. ¿Es justo?”. La mejor respuesta llegó ayer en Dublín.

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