Tenaglia: “Me subía por las paredes por volver a Vitoria”

Nahuel Tenaglia (Saladillo, 27 años) ha regresado a Vitoria. El suyo fue un mes y medio tortuoso en el que el Alavés y Talleres de Córdoba no llegaban a un acuerdo económico para cerrar la operación. Al final, por 900.000 euros, el club argentino corroboró la conformidad con el Glorioso y el lateral derecho regresó a Vitoria en propiedad hasta 2027.

¿Cómo se encuentra ahora?

De maravilla, mi pareja y mi hijita estaban deseando volver aquí y, de hecho, vinieron por delante tres semanas antes que yo para ir abriendo el camino. Luego se cerró el acuerdo entre los clubes y el que regresó fui yo.

¿Habían dejado la casa de Vitoria ya o no?

Que va, estábamos convencidos sí o sí que íbamos a regresar al Alavés. Delfi, mi novia, está encantada con la casita en la que vivimos, que tiene un patio pequeño detrás para que juegue la niña, que nació aquí.

En caso de no haberse cerrado el acuerdo entre los dos clubes, usted quedaba libre en diciembre por finalización de contrato. ¿Habría regresado en el mercado invernal?

Sí, eso estaba claro. Después de un año duro en Segunda pero con la alegría del ascenso, mi idea era la de volver a Europa, al fútbol español y más en concreto al Alavés que es el lugar en el que me encuentro más cómodo.

Volvamos al 17 de junio, el día del ascenso en el campo del Levante. ¿Qué recuerdos le llegan ahora?

Impresionante, el gol de Asier de penalti en el minuto 129, la celebración, la alegría del grupo, las 40.000 personas en la Virgen Blanca recibiendo al equipo y la sensación de que habíamos devuelto al equipo a la categoría que le corresponde. Al club y a la ciudad.

La noche de la cena oficial usted se levanta pronto de la mesa y se marcha con su familia, ¿verdad?

Claro, teníamos un avión a las 6 de la mañana para volar a la Argentina. Llevábamos año y medio sin regresar a Saladillo y mi familia de allí no conocía a la niña. Estuve una semana con toda mi gente y luego me tuve que presentar en Córdoba para cumplir con Talleres porque tenía contrato hasta finales de año y allí estaba la competencia en marcha.

Pero usted no forma parte de ese equipo al cien por cien, ¿cierto? De hecho ni juega.

Es que les dije desde el principio que mi sitio estaba en Vitoria. Estuve apartado, entrenando por mi cuenta antes o después que el resto de compañeros, corriendo y casi sin tocar balón. Estaba al margen y sin ser convocado para los partidos. No disputaba un solo minuto oficial desde el día del Levante.

Eso explica que ahora tenga que esperar un poco para ponerse en forma, ¿no?

Claro, es que es mucho tiempo para un jugador profesional, pero poco a poco voy cogiendo el tono en Vitoria y, de hecho, ya jugué algunos minutos el otro día contra el Valencia. Lo hice de central pero no me importa porque es una demarcación en la que ya había competido cuando estaba hace años en Argentina. Nada más llegar también estuve practicando por mi cuenta antes de unirme al grupo, que es lo importante.

¿Y cómo lo pasó durante ese mes y medio?

¿Cómo?, me subía por las paredes. Estaba loco para que se resolviera el problema, había mucha ansiedad. Tenía esperanzas porque se trataba de un acuerdo económico y, si no, estaría en Vitoria para el mes de enero. Pero, cuanto antes, mejor.

¿Hablaba con sus compañeros del Alavés?

Con Carlos Benavídez a diario y con otros compañeros como Laguardia, muy a menudo. También con Luis Rioja, que me decía que tuviera paciencia, que al final se iba a dar. Con el que no lo hacía era con el míster porque no me quería meter presión. Estaba informado día a día, deseaba mi regreso pero me ha comentado que prefería no intervenir para que la locura no creciera. Me pidió perdón y yo casi hasta se lo agradezco.

Y, ¿con la dirección deportiva?

Sí, continuamente. El Alavés me quería y yo deseaba volver. En Talleres ha habido de todo, gente que no lo entendía, otros que te apoyaban y es normal porque cada uno defiende sus intereses. Tengo que agradecer a mis compañeros que tomaran el mate conmigo para que me sintiera mejor.

¿Se ha ido de allí de buena manera?

Sí, en lo que a mí respecta, me he ido bien y guardo buen recuerdo de mi paso por el club. Pero también es cierto que este tiempo de espera ha sido duro aunque también te sirve como experiencia. Son cosas que tiene el fútbol.

Nada más llegar se notifica la marcha de Miguel de la Fuente rumbo al Leganés. Una pena para usted, ¿verdad?

Pues sí porque cuando yo llegué a Vitoria me encontré con el apoyo fundamental de Gonzalo Escalante, argentino como yo, y de Miguel. Cuando uno deje el fútbol y se acuerde de las personas, él será uno de los nombres importantes en mi paso por este deporte. Son consecuencias de lo que ocurre en este deporte, unos se marchan, otros llegan y siempre hay que tratar de hacer un grupo bueno, que sea lindo venir a entrenar todos los días.

Ahora hay un buen grupo de argentinos, ¿no?

Sí. Giuliano o Panichelli. También Benavídez, que es uruguayo pero lo consideramos de la pandita del mate.

Por lo tanto, ¿sigue en Vitoria con la costumbre del mate?

Por supuesto. El recipiente y la bombilla los traje de la Argentina y aquí ya he encontrado un centro comercial grande en donde podemos comprar las hierbas. Se puede adquirir ya en muchos sitios.

Habrá mucha competencia en la banda derecha durante este año, ¿no?

Eso es bueno porque te hace progresar. Gorosabel, Álex Sola o Alkain. Algunos podemos jugar en defensa e incluso de centrales y otros tienen una vocación más bien ofensiva. Yo puedo jugar por detrás de ellos sin problemas. También había competencia en otras temporadas. Que Andoni Gorosabel sepa que estoy detrás apretando en los entrenamientos será una competencia linda, sana. Así mejorará él y también lo haré yo.

El equipo tiene buena pinta, ¿no?

Creo que hemos comenzado la temporada con buen pie, defendiendo, creando ocasiones y metiendo goles. Hacer cuatro a un equipo como el Sevilla es importante. La media temporada en la que estuve en Primera luchábamos por no bajar y ahora somos muy competitivos en todas las líneas. Conseguimos dos victorias en Mendizorroza y en los otros dos duelos, en Cádiz y Getafe, pienso que merecimos algo más, que deberíamos tener más puntos. Somos un equipo que necesitamos conseguir puntos en todos los partidos y cuanto antes.

Lo de la afición es punto y aparte, ¿cierto?

Es que el miércoles estuvimos tres horas firmando autógrafos y sacándonos fotos. Siempre que lo hablo con Benavídez, decimos lo mismo, que representamos a toda una ciudad y que eso es una gran responsabilidad. Es un club muy especial en ese sentido. Te hace tomarlo con responsabilidad pero es una responsabilidad muy linda.

Al que usted tenía muy claro que iba a regresar...

Es que nos ganamos el ascenso a Primera en el terreno de juego el año pasado y ahora tocaba disfrutar en la máxima categoría del fútbol español. Sufrimos mucho y disfrutamos más para conseguir el premio. Ya estoy aquí, ya estoy preparado y lo que ha ocurrido en las últimas semanas se irá olvidando poco a poco. Delfi, mi hija, mi casa, mis amigos, mis compañeros y a trabajar a muerte en los entrenamientos y en los partidos.