FINAL COPA REY | ATHLETIC - MALLORCA

Sevilla palpita en rojo y blanco

La autoridades vascas ya sitúan en 100.000 el contingente del Athletic en la capital andaluza para la final de Copa. Se esperan cien millones de ingresos. Los bermellones, en franca minoría.

JAVIER GANDULDiarioAS

“Para ser Bilbao, hace mucho calor ¿no?”. La broma de Eneko, uno de los miles y miles de socios del Athletic que han tomado estos días Sevilla igual no lo es tanto. La Giralda es hoy el Guggenheim y La Cartuja, San Mamés. El lehendakari Urkullu elevó a 100.000 las almas que se han trasladado al sur a animar al Athletic. “Decían 70.000, pero ayer he escuchado que hasta 100.000 personas podrían estar hoy aquí”, señaló el presidente vasco, habituado a viajar a finales con equipos de Euskadi. Eso es el doble de lo esperado. En todo caso, la superioridad con los hinchas del Mallorca, unos 25.000, es evidente, no hay más que dar un paseo por zonas emblemáticas de la ciudad. Calor, aunque las nubes hoy relajan un poco el bochorno, polvo africano... y aficionados del norte, todo en un cóctel fervoroso. Solo un enfrentamiento aislado entre radicales de ambos equipos ha empañado algo la mañana. Hay 1.600 policías desplegados.

Una ciudad andaluza por donde navegan las gabarras y que espera un retorno económico de 50 millones de euros. Desde el pasado jueves empezaron a mezclarse por Sevilla ambas aficiones, con un dominio aplastante de los vizcaínos. Desde la mañana de este sábado se han abierto las dos zonas específicas para aficionados, las ‘fan zone’, ambas en la Isla de La Cartuja. Unos, los del Athetic, al sur, y otros, los del Mallorca, al norte, y en medio de las dos, el estadio donde se disputará el encuentro. Los rojiblancos están en una zona de 28.000 metros cuadrados y con capacidad para 40.000 personas. A las 12:30 se ha producido la izada de la bandera del Athletic. Allí un kalimotxo cuesta 5 eurazos y una cerveza 4,50. Los bocadillos están por encima de los 7 euros y el talo cuesta 7,5. “Es una vez en la vida, no hay que mirar la peseta”, lanza Keltse, una aficionada de Sopuerta, haciendo tabla rasa con las otro cinco finales jugadas en los últimos 15 años por los bilbaínos, aunque dos de ellas fueron en vacío por culpa de la pandemia. La Athletic Hiria estará abierta hasta las dos de la madrugada. Se encuentra a unos 45 minutos caminando del estadio, a aproximadamente 25 minutos del centro histórico de la ciudad y a unos cuatro kilómetros de la estación de Santa Justa. Antes del partido han montado una ruidosa gira callejera.

Por las calles de la ciudad, los cánticos, las risas y los bailes lo inundan todo. No se da ni tres pasos sin la presencia de un seguidor rojiblanco. Hasta hay una trainera bilbaína por el Guadalquivir. Banderas, Vespas, panderetas, chavales vestidos de faralaes rojiblancos, un joven como Mari Jaia, la reina de las fiestas de Bilbao, sujetando la Copa... La juerga inunda todos los rincones, ha revolucionado la ciudad. Ayer por la noche, cuando la algarabía iba cesando, era imposible transitar por las zonas próximas a la catedral, sepultadas bajo un manto de vasos de plástico, botellas y latas de refrescos y cervezas. Había varias bodas esta mañana y los novios han tenido que aguantar toda clase de chanzas: “A ganar, guaposssss”. Recordará toda su vida una novia a la que esperaban a la salida de la iglesia cinco mil personas vestidas de rojiblanco y que le gritaron: “La novia es del Athleeeetic”. María Arthuer, madre de los Williams, no se ha querido perder otra posible cita para la historia de sus cachorros, Iñaki y Nico. “Es su gran día, ojalá puedan conseguir esta Copa. Dos goles de Iñaki y otro de Nico”. Y el presidente español, Pedro Sánchez, ha transmitido dos mensajes con motivo del partido del final de la Copa: “No al racismo y que gane el mejor”.

Se esperan cien millones de ingresos por toda esta movilización, el doble que en 2023. En el caso de la afición bermellona, ha habido algún problema con los desplazamientos por aire y por mar. Se ha ocupado una amplia superficie del Parque del Alamillo, donde hay atracciones musicales, juegos, espectáculos de baile o espacios infantiles, además de unos servicios de restauración con comidas y bebidas y también puestos para la venta de distintivos del equipo balear.

El este espacio estará abierto hasta las 20:30 horas, una hora y media antes del inicio del partido, y en el se ven a miles de seguidores del Mallorca con sombreros alusivos a la final, bufandas, gorras y camisetas que ha repartido el club. Este desplazamiento a Sevilla es considerado por el Real Mallorca como el mayor hecho en los 108 años desde su fundación de esta entidad, para lo que se ha organizado una gran cantidad de viajes en aviones, barcos y autobuses.

A este viaje se suma, como nota peculiar, Steve Nash, exjugador canadiense de baloncesto de Los Ángeles Lakers y de Phoenix, entre otros equipos, y accionista del Real Mallorca como parte del grupo inversor que preside Andy Kohlberg, que será uno de los aproximadamente 20.000 seguidores del equipo que estén en el estadio. Fue el máximo dirigente del club quien desveló el pasado lunes la presencia del exjugador de la NBA en el estadio hispalense para ver la final en una ciudad que ha recibido a sus visitantes con los brazos abiertos.

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