La final es la meta de España

España pone rumbo a Qatar, con escala en Jordania, apenas 24 horas después de concentrarse en Las Rozas, en la que ha sido la concentración más breve de La Roja para un Mundial en los casi cien años de historia de la Copa del Mundo. Pero eso no es excusa y la moral del grupo está alta. “Vamos a por todas”, dijo a este periódico uno de los líderes de esta Selección, el madridista Dani Carvajal. La Selección tiene prevista su llegada a Amán esta noche, y mañana se entrenará en la capital jordana.

Los internacionales insisten en el discurso de Luis Enrique, que es quien marca la pauta. El seleccionador avisó que su intención es “jugar y ganar siete partidos”, lo que supondría el segundo título mundial para España tras el conquistado de la mano de Del Bosque en Sudáfrica, hace ya 12 años. Pero España acude a esta cita mundialista con 20 debutantes, mientras que a la de 2010 acudió con 20 campeones de Europa. Ese es el reto de Luis Enrique que confía “en la juventud y en la unión del grupo”, según él mismo anunció y queda patente en cada concentración. Entre sus grandes defensores, el primer capitán y único campeón del mundo con la Selección, Busquets: “Luis Enrique es quien conoce a cada uno y sabe lo que puede aportar, el que prepara los partidos, el que nos convence de la idea de juego y sus porqués, con hechos y explicaciones. Estamos a muerte con él”. Esta es la línea general en un equipo en el que Luis Enrique ha encontrado un grupo de fieles que le siguen sin rechistar y que cumplen con sus consignas al pie de la letra bajo un sistema, el 4-3-3, que les exige un gran despliegue físico y al que todos se entregan convencido de que “ningún jugador es tan bueno como un equipo entero”.

Los profesionales coinciden que el Mundial en invierno tiene una serie de desventajas asociadas al calendario de competición (por ejemplo, esta temporada resultará un quebradero de cabeza encajar el Mundialito de Clubes) pero también otras ventajas que harán de esta edición un torneo más vistoso que el que se celebra en verano porque “los futbolistas llegarán en un pico de forma extraordinario” por coincidir, en general, con el momento físico mejor de la campaña.

Luis Enrique es de la misma opinión, y por eso no es descartable que el jueves, en Amán, no aproveche para probar ante Jordania al presumible once que tiene en la cabeza para el debut en el Mundial, sino precisamente para probar a los jugadores que han tenido menos minutos con sus equipos en el primer tramo de la campaña. Igualmente, el seleccionador quiere comprobar el desempeño del grupo ante rivales desconocidos, con los que España no ha tenido roce ninguno en los últimos cuatro años. Jordania es un rival exótico, pero la Selección no ha jugado en el último lustro contra rivales árabes ni tampoco asiáticos. Sólo conoce a los rivales de su entorno, y el Mundial va más allá.

La Roja está probada contra las mejores selecciones europeas, pero no conoce su rendimiento ante las grandes escuadras sudamericanas (Brasil, Argentina y Uruguay) ni tampoco ante las correosas asiáticas, como Japón. Este tipo de contrarios son los que hay que probar, porque lo que funciona en el fútbol de Europa a veces no funciona en el Mundial. Luis Enrique lo sabe, y quiere hacer algunas comprobaciones en Amán, jugando contra una selección con un fuerte componente nacionalista (como también lo será Japón) en unas condiciones similares de temperatura y humedad a las que habrá en Qatar.

Hoy martes, tras un entrenamiento abierto 15 minutos a los medios, la Selección viajará a Amán para disputar un último amistoso frente a Jordania, el jueves, para llegar a Qatar en la madrugada del viernes, cinco días antes del debut frente a Costa Rica (a partir de las 17:00 horas peninsulares y sobre el césped del estadio Al Tumama de Doha), el miércoles día 23. Después vendrán los partidos contra los otros dos rivales del grupo mundialistas: Alemania (domingo 27 de noviembre) y Japón (jueves 1 de diciembre). España sólo celebrará dos entrenamientos en nuestro país antes de irse al Mundial, lo que es la primera vez que sucede. Es una consecuencia más del celebrar la Copa del Mundo en invierno. El consuelo es que es una novedad para todos, para las 32 selecciones que competirán a partir del domingo.