Viti y Borja Sánchez sacan petróleo de Gran Canaria

Se acuesta esta noche Las Palmas con la sensación de haber perdido una oportunidad de oro. Otra más. Ocurre que, de haber ganado, hubiese empatado en la primera plaza con el Eibar y le sacaría cuatro puntos a Levante y Granada. Sin embargo, se dejó los tres puntos a favor de un Oviedo que hizo un maravilloso trabajo de optimización de recursos, imposible sacar más haciendo menos y con menos recursos (nueve bajas tenía Cervera).

Una maravilla de Viti la acabó transformando Borja Sánchez en el único gol de un partido en el que Las Palmas estampó, desde las botas de Sergi Cardona y Moleiro, sendos balones en el larguero. Lo intentó todo García Pimienta, agitando el equipo incluso en el descanso (entrada de Marvin Park por un errático Álex Suárez), pero nada sirvió ante la imponente empalizada levantada por Álvaro Cervera, muy serio el Oviedo cuando de defenderse se trataba, que fue casi todo el partido. El equipo grancanario pudo por fin convocar a Vitolo, cuatro meses después, mas no tuvo minutos de juego.

Tenía clarísimas el Oviedo tanto la orden como la intención de jugar a que pasara lo menos posible, sabedor el equipo de Cervera de que solo así podía tener alguna opción de puntuar ante Las Palmas. No le quedaba más remedio que armarse de paciencia al equipo grancanario, que empezó enérgico, achuchando a su rival, acaso intentando sacarlo de sitio cuanto antes.

La pujanza del Oviedo venía a través de sus delanteros, Hugo Rama y Enrich, que no paran quietos un solo segundo, tanto da que sea en ataque como sacrificándose en defensa. De hecho, este último se las prometía muy felices para abrir el marcador hasta que Coco, atento, le birló con la cabeza un remate con fragancia de 0-1. No fue más que una anécdota, pues Las Palmas seguía llevando una iniciativa que a punto estuvo de ver sus frutos cuando un estupendo pase de Loiodice no fue aprovechado por Sandro, otro que no deja de moverse, quien se topó con un atento Braat.

Consciente del atasco que había por el centro, ni que fuera una calle de ciudad capitalina en hora punta, tenía clara la UD su apuesta alternativa por las bandas, intentando abrir el campo lo máximo posible a través de Álvaro Jiménez y Cardona. Precisamente, este último se llenó de balón en su intención de abrir el marcador cuando Viera, en el punto de penalti, no tenía mayor oposición para abrir el candado asturiano.

En cualquier caso, en la figura del omnipresente 21 de Las Palmas llegó a estar uno de los principales pecados del equipo de García Pimienta, pues tenía que bajar demasiado a recibir un balón que tampoco es que le llegara en las mejores condiciones. Y el Oviedo, claro tan feliz con ese 0-0 al descanso.

Dominio.

El dominio de Las Palmas fue todavía más evidente tras el descanso. Pero como tantas veces, acabó pagando sus propios pecados de tanto que a veces parece empeñada en perdonar a sus rivales. Sandro llevaba la voz cantante en ataque, asediando continuamente a Braat con su potente disparo desde fuera del área. Así estuvo a punto de llegar el gol grancanario, cuando Sergi Cardona se topó con el larguero.

Pese a al asedio al que estaba siendo sometido, tampoco es que pareciera descompuesto el Oviedo, sabedor de que le tocaba aguantar, sentencia de derrota el querer dar un descarado paso al frent . El equipo de Cervera se encontró, además, con una genialidad de Viti, que tras desprenderse de Marc Cardona con toda la facilidad del mundo mandó un balón al corazón del área de Las Palmas, allí donde Borja Sánchez hizo a placer el 0-1. Entre ambos sacaron petróleo de la nada.

Lejos de venirse abajo, la UD seguía intentándolo de todas las maneras posibles y también Moleiro estampó un balón en el larguero. Continuaban percutiendo los locales ahora con Viera multiplicándose en su partido 250 con el club de su vida, pero la suerte ya estaba echada. El Oviedo toma aire en su lucha por la salvación, mientras que Las Palmas, pese a la derrota, se mantiene segunda. La semana que viene, en Granada, sí que no debería fallar.