LEGANÉS

VAR transparente para el Leganés

El cuarto árbitro del Tenerife – Leganés reconoció que Vicandi Garrido se negó a anular el penalti por manos de Neyou por no tener una toma clara. Suma y sigue en el malestar arbitral.

Juan Garcia Cruz

Se ha convertido el Leganés en un club especializado en anormales fenómenos arbitrales. Categoría que se estrenó con el VAR y del que comenzó a beber en sus tiempos en Primera División. Desde el penalti pitado dentro del área ante el Levante pese a que Siovas derribó a Roger fuera de la zona de castigo, hasta el famosérrimo (más estos días con la polémica de Enriquez Negreira) gol de Luis Suárez que Ignacio Iglesias Villanueva se negó a anular pese que la rodilla del uruguayo golpeó directamente con la cara de Pichu Cuéllar. Aquel Barça – Leganés fue de los de mucho ruido y pocas consecuencias. Focos que ahora el Lega no tiene, aunque el resultado de algunas decisiones arbitrales revisadas desde Las Rozas sea el mismo: sorprendente cuanto menos.

El último de estos capítulos lo sufrió el pasado sábado cuando, en el Tenerife – Leganés, Quintero González, el árbitro principal del encuentro, señaló una mano de Neyou dentro del área blanquiazul. Inicialmente la acción parecía clara, pero en cuanto la maquinaria de la tecnología se puso en marcha, comenzaron las dudas. La incertidumbre. La realización televisiva comenzó a ofrecer planos y planos y planos de la acción sin que, tras el frenesí del directo, fuera, efectivamente, tan evidente había tocado en la extremidad del camerunés del Lega.

Finalmente, y tras algo más de cinco minutos de revisión en el VAR (Quintero González jamás se acercó a la pantalla a ver qué estaba sucediendo) se mantuvo la decisión del colegiado principal y se pitó penalti. ¿Qué había pasado? “Lo que decía el cuarto árbitro que lo que parecía que se veía al principio era que no había nada… pero luego la conclusión es que no lo tenían claro y, por tanto, prevaleció la decisión del árbitro. No había una toma clara. Salimos perjudicados”, se lamentó en tono bajo, casi sin alzar la voz, Carlos Martínez, el entrenador de los pepineros.

¿No eran claras las tomas?

Es decir, que aunque la repetición de la acción daba a entender que no era mano, como en el VAR no tuvieron una toma clara para verlo con nitidez, decidieron inhibirse de la acción y hacer que prevaleciera la decisión del árbitro de campo. Protocolo del VAR en mano, la decisión de Vicandi Garrido fue correcta. Lo que no queda tan claro, insisten en el Leganés, es que no hubiera tomas claras. En Butarque creen que, cuanto menos, esas repeticiones eran lo suficientemente dudosas como para haber animado a Quintero González a verlo en la pantalla. No sucedió así, el penalti se lanzó, Enric Gallego marcó y el Leganés cayó por ese tanto en un duelo vital, al que un punto habría dado la vida.

Una queja más que unir a la interminable lista de agravios que tienen los blanquiazules con Vicandi Garrido, un árbitro que ha protagonizado alguna de las incidencias más graves que el Leganés achaca a la tecnología arbitral: desde el gol anulado a Raba en Andorra por una supuesta falta de Cissé en el inicio de la acción, como un penalti claro no señalado a Randjelovic en Girona la temporada pasada. En la actual también se negó a anular un gol del Lugo por falta a Raba en el inicio de la acción (parecía más falta que la que sí le quiso señalar a Cissé en Andorra), pero sí invalidó otro a favor de los blanquiazules por supuesta falta de Parzyszek a un central del Huesca.

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