Una pretemporada imposible de entender
Mañana empieza la Liga. Mañana, el Real Valladolid se dará de cara con la realidad de volver a estar en el purgatorio de la Segunda División. A pesar de ello, la afición ha respondido de manera espectacular y se ha convertido en la mejor y única noticia buena del verano. El resto de lo que ha pasado en la pretemporada no hay por donde cogerlo. Desde la desafortunada rueda de prensa de Ronaldo del 5 de junio, hasta la situación que presenta la plantilla a la hora de recibir mañana en el primer partido del Liga al Sporting de Gijón. Una pretemporada marcada por la destitución de Fran Sánchez y de los colaboradores que llegaron con él hace dos años. Aunque los rumores apuntaban en los últimos tiempos a la desconfianza que en los directivos del club generaba el trabajo de Sánchez, lo que nadie se imaginaba es que se tomara una decisión tan fulminante a 11 días del inicio de la competición.
Esa es la mejor prueba del descontrol que ha presidido al Real Valladolid desde que fue incapaz de tirar a puerta con el Getafe en la última jornada de Liga. Un verano en el que el principal objetivo ha sido vender jugadores y ahorrar dinero para poder disponer de un mejor limite salarial y, según parece, para equilibrar las desequilibradas arcas del club después de los últimos ejercicios. Un verano en el que, hasta ahora, no se ha sabido ir configurando la plantilla definitiva, lo que ha obligado a Pezzolano a tener que trabajar con muchos jugadores del filial, la gran mayoría de ellos que no contarán en los planes del técnico más allá del 1 de septiembre, al tiempo. Una pretemporada que empezó, desde mi punto de vista, unos días tarde. Una pretemporada, sin que nadie se enfade, más propia del Amorebieta o del Eldense que de un aspirante a subir y que llega de la Primera División. Rivales flojos y sin poder contar con los que van a ser la base de la plantilla al final. La operación de liquidación por derribo de la plantilla anterior ha dinamitado la confección de la de este año y se puede pagar muy caro en este arranque de Liga .
Y para colmo la llegada de Domingo Catoira, con la mochila del descenso del Espanyol a la espalda y una muy mala gestión allí y aterrizando de repente y despistado como dejó claro el día de su presentación. Su llegada no augura nada bueno. Ojalá me equivoque aunque desde Barcelona no me llegan los mejores informes precisamente. Y así, llegamos al inicio de la competición. Hay que tratar de salvar agosto de la mejor manera posible confiando en que los refuerzos necesarios que tienen que llegar terminen por hacerlo. La realidad hasta el día de hoy es que no recuerdo una pretemporada peor gestionada desde todos los estamentos del club. Y esa misma sensación la tiene la afición del Real Valladolid. El hecho de que haya más de 20.000 abonados no evita las preocupaciones de los seguidores del conjunto blanquivioleta. De momento, mañana, el primer examen de verdad. Las bromas de los amistosos de pretemporada ya se han terminado. Empieza la puesta en escena de verdad en la que las virtudes y los defectos no se podrán ni esconder ni justificar.
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