Sandro Ramírez empieza a cumplir sus propósitos

Ni que fuera un hijo pródigo, en el seno de Las Palmas se celebró con notable júbilo el regreso de Sandro a su disciplina el pasado verano. Tras marcharse al Barça todavía en edad cadete, el delantero grancanario, 27 años en la actualidad, aterrizó el verano pasado tras una abrupta salida de la SD Huesca. Primero por la lógica falta de ritmo y después por diversos problemas físicos, el 9 de la UD no terminaba de encontrar su sitio en el equipo.

Hasta ahora. Ocurre que, nada más reanudarse la competición tras el parón navideño, Sandro comenzó a cumplir desde bien temprano los propósitos marcados para este año, acaso despertando con mucha fuerza en este amanecer de 2023.

Tras haber jugado su último partido ante el Eibar el pasado 6 de noviembre (1-1), Sandro reapareció un mes y dos días después contra el Racing de Santander (1-1). Hiperactivo, jugó 19 minutos en la segunda en la que no dejó de intentar derribar el muro cántabro. Así, disparó hasta cuatro veces, sin suerte, contra la portería de Parera. Sus buenas prestaciones y la intensidad de su juego hacían presagiar una total sanación de sus molestias, por lo que rápidamente empezó a opositar para ser titular una jornada después en Ibiza.

Dicho y hecho, Sandro fue titular el pasado fin de semana en la isla pitiusa. Jugando de inicio, fue el encargado de iniciar la remontada de Las Palmas con un golazo que supuso el 1-1. Ya sin fuerzas, le dejó su lugar en el campo en el minuto 72 y tras ocho disparos a Marc Cardona, con el que mantiene un bonito pulso por la titularidad en el eje del ataque grancanario.

Hasta el momento, el 9 de Las Palmas acumula 487 minutos en 10 partidos disputados, cuatro de ellos como titular. 25 disparos después, le contemplan dos goles, lo que supone un promedio de uno cada 243 minutos de juego; precisamente, el primero de ellos se lo marcó al Mirandés durante el partido de la primera vuelta. Suma, además, dos asistencias.

Renovación.

Sandró llegó cedido el verano pasado desde la SD Huesca. Con Las Palmas, que pagó 500.000 euros para poder llevar a cabo esta operación, firmó un contrato por una temporada de duración con la siguiente solución de continuidad, no obligatoria, para quedarse con los derechos del jugador: 350.000 euros si la UD se queda en Segunda, 1.000.000 millón en caso de ascenso a Primera División. Tanto el futbolista como el club han dado por hecho que es un mero trámite.