LEGANÉS

Riesgo roza la perfección, pero desliza la retirada a final de curso

“No sé qué haré. Es también una decisión familiar”, confiesa a sus 39 años. Ante el Villarreal B evitó magistral un golazo de Ontiveros. Ya suma 30 partidos: no lo conseguía desde la 15-16.

PEPE ANDRESDiarioAS

Asier Riesgo luce 39 años, pero en su rendimiento recurrente muestra habilidades propias de un juvenil. Exhibición de hambre (dicen los que le rodean que es uno de sus secretos) que tuvo ante el Villarreal B un nuevo episodio dentro de una temporada, la actual, en la que está luciendo regularidad, calidad y determinación como nunca antes desde que firmó por el Leganés en 2020. El guardameta de Deba fue clave en un puñado de acciones, aunque ninguna como la parada que, en el 90+1′, evitó el empate amarillo a cañonazo de Javi Ontiveros.

La acción del mediapunta fue quizá lo más bonito de todo el partido. El malagueño arrancó en la divisoria de ambos campos y, volcado a la izquierda, se quitó un primer rival, a Dani Raba, con un amago y conducción que le permitió encarar por velocidad a la zaga pepinera. El ‘10′ tiró diagonal y tras deshacerse de la presión de Cissé, enfiló el balcón del área. Desde ahí, a unos 20 metros, escupió un latigazo marca de la casa que, por potencia y dirección, apuntaba a portería. Golazo… hasta que Riesgo lo evitó.

La bola dibujó un efecto extraño de dentro hacia afuera que en su último giro se encontró con la mano diestra del veterano portero. Este ex de Real Sociedad, Osasuna, Eibar o Girona entre otros intervino justo a tiempo para impulsarla unos centímetros y que la bola se estrellara en el larguero. El balón crujió escupido del travesaño como el corazón de la boca de los pepineros, alucinados con el paradón y paralizados por el temor de ver empatar un duelo que asumían ganado por merecimiento. Ontiveros ya no vio el resto de la jugada, desesperado en su frustración. Una nueva muesca para la capa de Riesgo.

Argumentos de un intocable

No fue la única intervención que hizo del partido de Riesgo ante el Villarreal B una actuación clave. Con la línea adelantada y la presión a la salida del balón rival como banderas, Carlos Martínez solicitó a su portero que ejerciera casi como un líbero que guardase las espaldas de su zaga. Lo bordó. Un par de salidas del guardameta ahogaron el inicio peligros a la contra del filial amarillo. En una, le rebañó de los pies la pelota a Pacheco. En otro, le tapó hueco a 10 metros del área a Millán, presión suficiente para que la vaselina se marchara bastante escorada a la derecha del arco. Llovía sobre mojado.

Porque en el estreno de Martínez en el banquillo, ante la Ponferrdina, de nuevo Riesgo fue vital para apuntalar el 0-1, especialmente en el final de un primer tiempo en el que hubo asedio a su meta. No es de extrañar que con el regusto de aquel partido y otros también brillantes, la afición lo nombrase mejor pepinero del mes de marzo. De los pocos que salvar en el agujero negro. Idiakez, conservador en sus decisiones, insistió en no tocar la portería ni en la búsqueda de una tecla salvadora que reactivara los resortes del equipo. La decisión tenía sentido viendo cómo Riesgo seguía parándolo todo aun incluso cuando la defensa se mostraba más débil que nunca.

Riesgo celebra el 0-1 con el que el Leganés ganó a la Ponferradina.Luis de la MataDiarioAS

“Intento día a día estar lo mejor posible. Dar lo mejor. Aportar mi experiencia. Si me toca jugar, dar tranquilidad. Ayudar en lo que sea”, se excusaba tímido, en zona mixta después de que su propio entrenador y el visitante, Miguel Álvarez, lo alabaran amparándose en cómo el fútbol moderno y la medicina albergan jugadores como él. Eternos rozando edades que antaño parecían imposibles.

Futuro en el aire

Paradoja del rendimiento que se ha hecho carne con Riesgo luciendo el escudo del laurel. Según ha ido sumando años, su presencia en el equipo ha ido aumentando. Su primera campaña como pepinero jugó 17 partidos (Copa incluida), 21 la siguiente y 30 en la actual, una cifra que no alcanzaba desde 2016, cuando, con el Eibar, acumuló 34 entorchados oficiales.

A las puertas de los 40 y con el contrato que le liga al Leganés acabando el próximo 30 de junio, Riesgo aúno sabe qué hará con su carrera. La palabra retirada aún retumba con fuerza en un horizonte al que su cuerpo le pide seguir, pero sus circunstancias el invitan a pensar. “No lo sé… tengo que pensarlo. Es una decisión familiar también. Tengo que pensarlo… vamos a acabar bien el año y ya veremos”, regateaba el asunto con agilidad, la misma que hace falta para quitárselo de en medio y marcar gol. Que se lo pregunten a Ontiveros y su imperfecta jugada perfecta.

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