Partidazo a la vista en Zorrilla
Es el del viernes un partido para no perderse. Dos estilos muy diferentes, Real Valladolid y Real Oviedo, y un objetivo claro para ambas instituciones, el ascenso a Primera. Los asturianos juegan muy bien al fútbol, con futbolistas vistosos y de calidad y los blanquivioletas son menos académicos, pero tienen velocidad y contundencia. Una batalla que puede marcar el futuro más inmediato y posiblemente el desenlace final de la temporada. Ganar a los de Carrión permitiría a los de Pezzolano disponer de cuatro puntos de ventaja y del gol average ganado. Perder sería caer de los puestos de playoff y dejar el proyecto y al entrenador al borde del precipicio. Es un partido para ilusionarse con ratificar la mejoría de Gijón o para entrar en crisis, más aun de lo que por resultados ya lo está el Real Valladolid.
Pedíamos que Pezzolano cambiara y sí que experimentó algunas variaciones ante el Sporting. Salió bien lo de Lucas Rosa en el lateral izquierdo. No es que el brasileño sea algo maravilloso a pierna cambiada pero, al menos, hizo lo que primero tiene que hacer un defensa, defendió. La vuelta de Juric aportó más ritmo al centro del campo. No pongo en duda las virtudes que Pezzolano pueda ver a De la Hoz, pero lo que ha demostrado el croata en toda la primera vuelta no puede ser casualidad. Apostó el uruguayo por dos puñales en las bandas con Amath y Biuk y la cosa salió bien. Y volvió a dar confianza a Tárrega atrás y el equipo ganó en seguridad. Es incomprensible que lo quitará después de su actuación en Leganés. Cuatro cambios lógicos y necesarios que estaba pidiendo todo el mundo.
El Valladolid mereció ganar en Gijón, pero su falta de colmillo le condenó a otro empate que clasificatoriamente no aporta gran cosa. Una de las grandes dudas es saber si Sylla no atraviesa su mejor momento, que no lo parece, o que simplemente el equipo no es capaz de fabricar jugadas que permitan al delantero disponer de ocasiones claras de gol. El fútbol del Real Valladolid es siempre apertura a banda y centro atrás o balón colgado al área. Poca capacidad de sorpresa. El rival lo sabe y se hace fuerte en bloque bajo. Solo los equipos que quieren proponer y tener balón dejan los espacios que los de Pezzolano tratan de aprovechar. Eso puede pasar este viernes en Zorrilla. La calidad entre líneas del Real Oviedo ante la velocidad de los blanquivioletas para hacer daño.
Pero al margen de análisis del juego, de lo que se trata ya es de ganar. Para subir hacen falta victorias. El Valladolid ha ganado solo uno de los últimos ocho partidos jugados. Acumular un noveno sin victoria y caer del playoff obligaría a la directiva a tomar medidas contundentes. Pese al apoyo público de Ronaldo, el entrenador uruguayo está ya sin crédito. Solo un triunfo ante el Oviedo le haría recuperarlo un poco. Pezzolano se juega mucho también en este partido. Ya dispone de los refuerzos esperados y el tiempo de las justificaciones debe terminar. Hacen falta más resultados y menos palabras. Y necesita dejar de dar bandazos con las alineaciones. Entramos en la hora de la verdad y cada fallo resultará letal.
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