Orriols decidirá el ascenso

Empate sin goles en Mendizorroza, con la eliminatoria todavía pendiente de resolución (0-0). Muy pocas cosas en la primera parte y un Levante que llevó más sensación de peligro que el Alavés en la segunda. Quejas de la grada y de Luis García Plaza por las pérdidas de tiempo valencianas y por el criterio de las tarjetas. Quedan 90 minutos, si no son 120, en el Ciutat de València y en caso de terminar todo en tablas, será el conjunto de Calleja el que suba a Primera División.

El primero en avisar fue el conjunto granota. Corría el primer minuto y Montiel puso a prueba los nervios albiazules. Comenzó a llover y el partido se convirtió en un choque con mucho respeto al rival en el que apenas se veían ocasiones. Tan sólo las faltas laterales generaban algo de inquietud en ambas porterías. El Alavés tuvo más posesión (54 %) que su rival en la primera mitad. Sylla vio una amarilla que le acabaría condenando al cambio en la segunda parte.

El Levante comenzó mejor que su rival en la reanudación. Montiel volvió a avisar provocando un paradón de Sivera y Álex Muñoz pudo marcar de cabeza a la salida de un córner. También la tuvieron Bouldini, De Frutos y Wesley. El portero alicantino del Glorioso se convirtió en protagonista. Calleja realizó un triple cambio y dejó a su equipo con dos puntas. El Alavés, a base de tesón, atacó bastante en los últimos minutos pero no le dio para marcar. La más clara la tuvo, de cabeza, Tenaglia.

La jugada más peligrosa la protagonizó el equipo granota ya que el colegiado estuvo a punto de decretar un penalti por derribo de Sivera pero las dudas quedaron despejadas por un fuera de juego. La sensación de peligro quedó sólo en eso. El público terminó cruzado por las pérdidas de tiempo de los valencianos y por el criterio del colegiado para sacar tarjetas, por ejemplo, a Villalibre. Acabaron jugando Laguardia ante Soldado, futbolistas de otra época, enorme trayectoria de ambos. La afición despidió al equipo con cariño, García Plaza se marchó muy enfadado y los levantinistas celebraron el empate a cero como si fuera una victoria. Resolverán en casa y les vale con no perder.

Orriols, donde se produjo el descenso albiazul, tiene la llave hacia la cúspide. Hay ganas en Vitoria de cerrar el círculo. Será el segundo cartucho tras el malogrado ante Las Palmas. Con medio centenar de partidos a la espalda y tan pocas rotaciones, lo del Glorioso es para descubrirse.