REAL VALLADOLID

Maroto busca su sitio al lado de Pezzolano

El mediocentro ha cuajado dos buenos partidos en el inicio de la pretemporada del Real Valladolid, que empiezan a postularle de cara a un posible salto.

Photogenic/Miguel Ángel Santos

Hubo un tiempo en el que a Mario Maroto, mediocentro forjado en la cantera del Real Valladolid, le pesaron en las piernas los pasos adelante que daban algunos de sus compañeros. No se trataba de celos, ni tampoco de envidia; era un por qué tantas veces intrínseco al ser humano, más si eres un adolescente que todavía no ha alcanzado la edad de poder conducir. Quizás es que los entrenadores de turno pensaban que todavía no era su hora, aunque él, con la puntualidad de la relojería suiza, llegaba a tiempo siempre de decir cosas, de hacer que su fútbol hablara por él y demandara por él la oportunidad.

No era aquello, tampoco, una cuestión de madurez. La cabeza, simplemente, a veces puede más que todo eso. Por suerte todo eso quedó atrás, y aquel cadete que empezó a decidir partidos con chicos cuatro años más mayores que él, el mismo que en cuanto dio el salto a juveniles mantuvo el paso y fue capaz siempre de brillar, aunque pusieran por delante a un Atlético o a un Real Madrid, ha seguido su curso, puede que no tan rápido como otros, pero firme, hasta empezar a demostrar a Paulo Pezzolano que su sitio puede estar a su lado.

Los dos partidos disputados en esta pretemporada por el primer equipo del Real Valladolid no han servido para sacar demasiadas conclusiones; si acaso, que la necesidad de que lleguen los ansiados refuerzos es real y que, si algo les sobra a los jugadores de Promesas, son ganas de agradar. Entre ellos, en el centro del campo, ha sumado dos titularidades y 105 minutos un Maroto que, además, ha visto puerta. Contra el Leganés, enganchó el balón en la frontal y con un toque preciso, abajo, ajustado al palo, marcó el primer tanto de la preparación.

En el choque contra los pepineros, las mejores prestaciones de los blanquivioletas se vieron en la primera mitad, la que jugó. Sin ser de un brillo generalizado, tuvo la personalidad suficiente para ofrecer siempre una línea de pase, tanto en salida de balón como en lo que el técnico viene a llamar ‘zona 2′, la de elaboración. Ahí, empastó bien con Monchu, algo que se volvió a ver en Laguna de Duero, donde repitió titularidad. Contra el Rayo Majadahonda, además, fue un paso más allá y, aguerrido en la presión, recuperó varias veces el cuero en campo rival, lo que favoreció alguna de las llegadas prometedoras de las no pocas que el equipo consiguió generar.

Jerarquía y crecimiento

Aceves, Arroyo y Torres, compañeros de generación de Maroto, debutaron en Primera División a lo largo de la pasada campaña. A pesar de que al mediocentro no le llegó la oportunidad en partido oficial, sí se estrenó en la preparación para el retorno post-Mundial y entró en alguna convocatoria al final de la temporada, ya con Pezzolano en el banquillo. Entretanto, fue el futbolista con más minutos disputados en el Promesas, con 2.547, además de recoger los galones de la capitanía que le otorgó Julio Baptista sobre veteranos con ascendencia como Kike Ríos o Fran Rivera o por encima del propio Torres, otro de los capitanes frecuentes de la ‘clase’ del 2003.

Su respuesta estuvo a la altura, no solo por los dos goles que materializó, sino, sobre todo, porque la jerarquía la adoptó también en su juego, mostrando un registro interesante y que debe seguir mejorando en solidez. Además de ser un interior de apoyo de calidad, capacitado para proteger el balón y asociarse en corto, ve bien el juego de cara y es capaz de llegar al área (hace unos años, en el División de Honor, vio puerta con asiduidad), aunque tiene en la lista algo básico para la posición como es reponerse al error cuando yerra algún pase. Esa resiliencia, con todo, no le es ajena: la tuvo para levantarse después de que la covid y las lesiones le impidieran ser nacional y la ha tenido para perseverar y, a sus 19 años (cumple 20 en noviembre) ser la más grata sorpresa de la pretemporada de ‘su’ Pucela.

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