Maroto y Slavy, los mayores talentos que tiene Baptista en sus manos
Las generaciones de 2002 y 2003 asoman como las siguientes potenciales entrenadas por el brasileño. Como ellos, Iker y Castri han debutado en Segunda B.
El Real Valladolid apura en Primera División los últimos sorbos de la última gran generación de talentos surgida de su cantera en la figura de Toni Villa, único canterano puro que se mantiene a las órdenes de Sergio González. Como él, nacieron en 1995 otros futbolistas que han alcanzado la élite, como Fernando Calero, Anuar Tuhami o Iván Alejo. Siete años más tarde fueron alumbrados los que lideran la siguiente generación señalada en rojo en Los Anexos, la del 2002, una que promete alcanzar las mismas cotas que los cuatro anteriores.
Siendo estrictos, el principal exponente de ese año es Borislav Ivaylov, Slavy, a pesar de la lesión que se produjo la temporada pasada preparando el playoff de ascenso a Segunda División del Promesas (con el que antes le dio tiempo a estrenarse). De no ser por ella, no sería de extrañar que hubiera sido convocado por Santi Denia para la concentración de la selección sub-19 que tendrá ocasión la próxima semana, después de su fructrífero debut con la sub-18 de pasado año en la pasada Copa del Atlántico, que alzó y en la que vio puerta.
Autor de 18 goles a las órdenes de Ricardo López, en su primer año en la División de Honor juvenil y como blanquivioleta (llegó a Los Anexos en el verano de 2019 procedente del Valencia), irrumpió con fuerza, no solo haciéndose acreedor de un nuevo contrato hasta 2023, sino también del sambenito de mejor delantero, como mínimo, del Grupo V de la máxima categoría juvenil, cuando no de esa generación del 2002. Físico, guarda el balón al más puro estilo Robert Lewandowski. Potente, posee una violencia de disparo que recuerda a la de Edinson Cavani.
En ausencia del aragonés (cuyo nombre, apellidos y apodo proviene de su origen búlgaro), es un vallisoletano un año menor quien está liderando el equipo que dirige el exfutbolista Julio Baptista, el centrocampista Mario Maroto. Con minutos ya también en Segunda B, está aprendiendo el oficio de llegador que lanzó a la fama a su técnico, puesto que lleva cuatro goles en la presente campaña, además de tener un importante peso ofensivo. No en vano, es el principal canalizador del atractivo fútbol que propone 'La Bestia'.
Tal es su calidad, que a más de un asiduo a Los Anexos le sorprendió que su estreno en el filial no le llegara antes; lo hizo con 17 años y dos meses, precoz, aunque menos, por ejemplo, que su compañero Castri. Debutante en Liga Nacional con 14 años (algo que no permitía la norma, lo que provocó una alineación indebida), lleva desde los 15 siendo importante en División de Honor, permitiéndose el lujo de brillar en grandes escenarios y ante grandes rivales, merced a su madurez, jerarquía, dinamismo y capacidad de asociación. De no ser porque el coronavirus frenó su desembarco en la sub-17, a buen seguro también sería internacional.
El filial, a solo un paso
Como los anteriores, han dispuesto ya de oportunidades a las órdenes de Javi Baraja dos futbolistas de banda como son Iker Pérez y Guillermo Castrillejo, Castri. Ambos se vienen haciendo precisamente a las órdenes del entrenador vallisoletano; dada su juventud, no podría decirse exactamente a fuego lento. Baraja los tuvo en el cadete, en juveniles y recurre a ellos cuando el contexto lo requiere.
Iker comenzó su andadura en el Real Valladolid como extremo derecho, si bien fue el propio técnico quien inició su reconversión al lateral, ya completa. Si en su primer año juvenil Moha, actual futbolista del segundo equipo blanquivioleta, le rompió la costuras en Valdebebas, con el paso del tiempo ha ido haciéndose a la posición, salvando escollos en defensa gracias a su velocidad y, con la misma y con su técnica, ofreciendo centros desde la línea de fondo en ataque.
Por su parte, Castri afronta su cuarto curso defendiendo los intereses del Real Valladolid tras arribar de la CIA de Palencia, y él sí, debutó en Segunda B con 16 años. Encarna la intensidad, lo que le ha valido un rol de revulsivo en el Promesas, normalmente partiendo desde la banda y tratando de aprovechar su potencia. Para Baptista, poco amigo de los 'nueves' claros, actúa ahí, y ha sido, entre un equipo y el otro, encadenando buenas actuaciones, como se ganó un puesto en la preselección de Santi Denia con la sub-19, con la que finalmente no ha sido convocado.
Como ellos, el pasado mes de noviembre el club renovó a Álvaro Aceves, guardameta espigado que también estuvo en los planes de la selección sub-17 cuando la COVID-19 detuvo el fútbol hace casi un año. Como Maroto, es un año más joven que el resto de mencionados, un portero moderno con agilidad y buen juego de pies, que, de seguir quemando etapas, sería el primero en hacerlo en su posición desde Sergio Asenjo.
Mirando a otras, los futbolistas potenciales no acaban en él: en otros como el mediapunta Adrián Carrión o el central David Torres (hijo del excapitán Javier Torres Gómez) también hay mucha confianza depositada. Bajando un escalón, el principal exponente del 2004 es Iván San José, Chuky, un atacante de primer año cuyo futuro se garantizó el Pucela antes de que saltara a la palestra un posible interés del Barcelona en hacerse con sus servicios desvelado por Sport. Sin abandonar el Juvenil B en el que milita, incluso se podría hablar de dos jugadores de 2005, por tanto, cadetes aún: el lateral izquierdo Iván Garriel, Garri, y el mediocentro Jorge Iglesias, Koke.
El Promesas llama a la puerta... y el 'Torde' a la suya
En lo que va de temporada, Sergio González ha alineado en Liga a cuatro jugadores del Promesas: Miguel Rubio, Oriol Rey, Kuki Zalazar y Sergio Benito, a los que en Copa del Rey se les añadieron Sergio López, Lucas Freitas e Ignasi Vilarrasa. Quizás con la excepción del brasileño, por juventud y falta de minutos, son quienes más llaman a la puerta del primer equipo, aunque seguramente sin la rotundidad de Kike Pérez y Miguel de la Fuente en el pasado.
Igual que hay varios jugadores del filial en dinámica de primer equipo, varios futbolistas del Tordesillas, segundo filial, han sido utilizados por Baraja hasta ahora. Dalisson lo ha venido haciendo desde que comenzó el curso, después de convencer al entrenador con su gambeta y verticalidad. Sin embargo, la gran sorpresa ha sido Palomeque, que llegó a entrar en una convocatoria de Copa del Rey debido a las bajas y que, gracias a estas y a su buen nivel, se ha hecho acreedor de las oportunidades que está teniendo. Tras ellos dos, el último en aparecer fue el delantero Jesús Torres.