Los niños de Roig atenúan la depresión del primer equipo

El Villarreal está pasando por un momento de crisis en el que el primer equipo está dejando muy malas sensaciones en el terreno de juego, al nivel de que la grada comienza a tener pesadillas. Es verdad que el mercado veraniego debilitó la plantilla, ya que la salida de jugadores no se compensó con una inversión millonaria. Una situación que venía marcada por la situación económica de un club, que necesitaba recuperar equilibro.

Los nuevos fichajes no están dando rendimiento, mientras que el cambio de entrenador tampoco ha logrado resucitar el juego y la seguridad. Pero el gran problema para el Villarreal radica en el rendimiento de los jugadores de peso en el vestuario, aquellos que llevaron al club a ganar su primer título, y que ahora están lejos de su mejor momento. Casos como los de Parejo, Capoue, Gerard Moreno o Raúl Albiol, son los que por ahora no están a su mejor nivel por diversas circunstancias.

Todo ello, hacen que este sea uno de los peores arranques de la historia, siendo de largo el peor arranque de local. Una situación que ha generado el nerviosismo y la crítica por una parte de la grada, que fue evidente con los silbidos a Parejo.

Curiosamente 24 horas más tarde en el mismo Estadio de la Cerámica los chavales del Villarreal B cambiaban las sensaciones de los mismos aficionados, pero sobre todo de los dirigentes amarillos. El equipo castellonense cuenta con una base de jóvenes valores que crece bajo la magistral batuta de Miguel Álvarez, que es capaz de competir y ganar al líder y todopoderoso Espanyol.

Jugadores como Carlos Romero, Lanchi, Tasende, Carlo Adriano, Requena, Forés o Pascual… entre otros, son futbolista que crecen y que hacen pensar en positivo. Un grupo de chavales que atenúan la depresión y que hacen que los amarillos tengan algo de lo que alegrarse.

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