La era Solares se pone en marcha
Tras un verano de transición y con pocas noticias ilusionantes el viernes llega lo de verdad, vuelve a rodar el balón, comienza la liga.
Empieza el baile este viernes en Zorrilla. Tras un verano de traspaso de poderes, llega la hora de la verdad. Hasta ahora todo han sido buenas palabras, buenas intenciones, ilusiones y trabajo para llegar lo mejor posible al inicio de la competición. Desde el viernes empiezan los exámenes de verdad, la disputa de los puntos en juego, aunque en ocasiones tengamos la sensación de que no sea así.
El discurso de los clubes, entrenadores o directores deportivos está basado en el 1 de septiembre, fecha en la que se cierra el mercado de fichajes. Para esa fecha, los equipos llevarán ya tres partidos y habrán disputado nueve puntos en juego. Ahí es cuando parece que comienza la Liga de verdad, pero no es así. Los puntos valen lo mismo en agosto que en mayo. Es incomprensible que el Real Valladolid, y el resto de equipos también, debute ante el Ceuta sin tener inscritos a algunos de los fichajes realizados en esta pretemporada. No tiene sentido. Es una necedad permitir que un jugador pueda vestir este fin de semana una camiseta y el 5 de septiembre otra.
El caso es que arranca la competición y el pobre entrenador no sabe ni con quién puede contar, ni quién se le puede marchar, ni a quién va a poder traer. Un auténtico despropósito. Y, particularmente, me sorprende en el Real Valladolid lo poco que se ha utilizado en la pretemporada a los nuevos fichajes. Demasiado tiempo han tardado en ponerse en forma jugadores que deben ser titulares y que se han tirado la mayoría de los partidos de verano en el banquillo.
Una pretemporada, por cierto, muy decepcionante. Lo de Chile, más allá de la hermandad sellada con el Coló Coló, en lo deportivo no ha aportado nada. Salvo en la primera parte del primer partido, se jugó ante suplentes o canteranos del club chileno. Me sorprendió el entusiasmo general que provocó en Valladolid derrotar a un rival de tan escaso nivel. En Inglaterra ya vimos lo que pasó, desastre total. Y lo de Burgos, un primer tiempo nefasto y un segundo tiempo interesante. Y ya está. Al margen queda la suspensión del Trofeo Ciudad de Valladolid. Esperpéntico anunciar la suspensión del partido siete horas antes. Si el campo estaba mal ese día, ya lo estaba el día anterior. El error del club fue de una magnitud tremenda, de juveniles de la gestión. Tan grande como el lógico enfado del Getafe o de muchos aficionados del Real Valladolid. Aunque aparecieron justificaciones externas, lo que hizo el Real Valladolid me parece injustificable.
Vuelve la Liga y lo hace con lo mejor del verano, la excelente respuesta de la afición. La gente se ha enganchado a lo blanquivioleta y sigue a su club en las duras y en las maduras por encima de todo. En un curso que promete emociones y que empieza lleno de dudas y de incógnitas. Hacen falta más refuerzos. Lo que se ha visto hasta ahora no me convence y no permite que pensemos en un Real Valladolid favorito a nada. Pero lo visto hasta ahora es pretemporada y lo que vale es lo que vayamos a ver desde el viernes ante el Ceuta. He conocido muy malas pretemporadas y grandes campañas y todo lo contrario. Pero si hay que juzgar lo que el equipo nos ha ofrecido, para mí, ha sido bastante decepcionante. Esto empieza y estoy deseando ver cosas que me puedan ilusionar. Suerte para todos.
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