El Zaragoza alimenta la ilusión de La Romareda

El Real Zaragoza estrenó la temporada con una incontestable victoria frente al Villarreal B. La presentación del equipo de Fran Escribá fue inmejorable. Dominó y controló el partido, generó ocasiones y exhibió varios registros y calidad. Y cuando mejor estaba el rival, respondió como los grandes, adelantándose en el marcador por medio de Maikel Mesa y sentenciando a continuación con un golazo de Francho.

Fran Escribá alineó a su equipo en un 4-4-2 clásico, con Francho y Maikel Mesa ocupando las bandas y Marc Aguado y Toni Moya en el doble pivote. En la delantera, Azón acompañó a Bakis, mientras que Fran Gámez le ganó la partida a Luna en el lateral derecho y Francés fue la pareja de Jair en el centro de la zaga. Miguel Álvarez, por su parte, hizo debutar de inicio a dos de los fichajes, el lateral Altimira y al delantero Ferrari.

No se había cumplido ni un minuto cuando el Zaragoza tuvo su primera ocasión. Una cabalgada de Fran Gámez por la banda derecha acabó en un centro que terminó encontrando a Maikel Mesa en el segundo palo, pero su volea, bastante forzada, se marchó alto. Hubo que esperar un poco más para la primera llegada con peligro del filial del Villarreal. Tasende llegó a línea de fondo, metió el balón a zona de remate y el despeje de Cristian Álvarez fue a parar a las botas de Rodrigo, pero su disparó se topó con un providencial Nieto.

Pasados los veinte minutos, el Zaragoza pisó el acelerador y Maikel Mesa encontró a Azón dentro del área, pero su remate no encontró portería. A continuación, pase en largo de Francés a Bakis, que le ganó la partida a los centrales y se quedó solo delante de Iker Álvarez, pero su volea se estrelló en la mano del guardameta. También lo intentó Toni Moya desde fuera del área, pero su disparo se fue rozando el palo.

En el Villarreal B, el jugador más activo en ataque era Ontiveros, que protagonizó los tres siguientes remates de su equipo, siendo el primero el más peligroso de todos. El futbolista andaluz recibió al espacio, encaró a Fran Gámez y su disparo lo detuvo Cristian Álvarez con el pie. Un paradón. Ya en los instantes finales de la primera parte, una presión alta del Zaragoza propició el robo de Toni Moya, que asistió a Bakis y éste, con todo a favor, se volvió a encontrar con Iker Álvarez.

El filial del Villarreal, que cambió a una defensa de cinco, situando a Del Moral como tercer central, comenzó más enchufado la segunda parte. Ontiveros probó fortuna con una falta directa que se estrelló en la barrera, aunque mucho más clara fue la ocasión de Ferrari, que encaró a Jair y su remate se marchó rozando el palo. Y cuando mejor estaban los visitantes, llegó el gol del Zaragoza. Azón ganó un balón en la banda, con fortuna cedió a Maikel Mesa en la frontal del área y el mediapunta se inventó un disparo a la media vuelta que entró bastante ajustado al palo.

No hubo que esperar mucho para ver el segundo gol. Francho desplazó el juego a la banda izquierda, donde Azón cedió a Nieto y el centro de éste terminó llegando tras un par de carambolas a Francho, que sin dejarla caer se sacó de la chistera una volea que batió a Iker Álvarez. Un tanto que prácticamente sentenciaba el encuentro y tras el cual llegaron los primeros cambios de Fran Escribá, que dio entrada a Bermejo, que reaparecía tras su lesión, y Mollejo por Toni Moya y Azón y poco después a Jaume por Marc Aguado, el mejor del partido. Exhibición con y sin balón del mediocentro aragonés.

Los últimos minutos dejaron los debuts de Sergi Enrich y Germán Valera. Precisamente, este último asistió a Bermejo para hacer el tercero, pero el disparo del madrileño se estrelló en Iker Álvarez. Fue la última acción de peligro de un partido que confirmó las buenas sensaciones del Real Zaragoza y que sirve para alimentar la ilusión de La Romareda. Muestra de ello, la comunión entre equipo y afición a la conclusión del encuentro.