El recuperado Amath vuelve a encontrar el gol en casa

Amath Ndiaye marcó al Real Oviedo su tercer doblete como profesional, siete años y 19 días del último, igual que el primero, anotado en las filas del Tenerife. Los pasos anteriores por Getafe y Mallorca no le sirvieron para revivir la dulce sensación que paladeó de nuevo como jugador del Real Valladolid, lugar convertido en ‘El Dorado’ cuando llegó a España hace más de una década, a pesar de que su segunda etapa en un conjunto insular le granjeó alguna que otra tarde de gloria. Hace tiempo, no obstante: desde que dio el salto a Primera, no volvió a ser el mismo.

No lo fue, en parte, porque se encontró inconvenientes por el camino en forma de lesiones; concretamente, de un grave problema por el que estuvo a punto de perder el dedo meñique del pie derecho. Siendo jugador chicharrero, tuvo que pasar por quirófano por primera vez, pero se recuperó y estuvo varios años sin ese sufrimiento (como getafense volvió a ser operado por una rotura de cruzado). Sin embargo, en la temporada 2021-22 volvió a tener dolores, que redujeron su rendimiento y mermaron su participación en competición (de 2.293 minutos a 882).

Entonces, se llegó a barajar la amputación, de la que se libró gracias a la ‘magia’ de la doctora Isabel Guillén, que obró un milagro al reconstruir la zona afectada por la limitante herida que tenía y la infección generada. Esto permitió que volviera a jugar sin molestias y que se ganara la confianza de Javier Aguirre, que contó con él como su jugador número 12. En medio de la dura competencia que suponían Vedat Muriqi y Kang-In Lee, Amath disputó la campaña pasada 1.219 minutos, repartidos en 28 partidos, en los que, sin embargo, solo pudo hacer dos goles.

Traspasado el asiático y llegado Cyle Larin, mediante traspaso precisamente del Real Valladolid, ‘El Vasco’ siguió dándole oportunidades. Fueron menos, pues en la primera mitad del curso tan solo disputó 15 encuentros de Liga, aunque esa confianza se manifestó en Copa del Rey, en la que participó en cuatro partidos sin conseguir hacer gol. Conforme se acercó el mercado invernal, Domingo Catoira fijó su obsesión en él y él apostó firmemente por volver a Pucela, donde había sido feliz y quiere volver a serlo. Y no ha empezado mal: en cuatro jornadas ha visto puerta tres veces, convirtiéndose, ya, en importante en el camino hacia el anhelado ascenso.