El Oviedo pone más y se lleva el premio

El Oviedo se sacudió los complejos de su derrota en el estreno ante el Andorra con un triunfo trabajado, de currante, en un duelo en el que siempre expuso más que un reservón Leganés. Tuvo que masticar el partido el equipo de Bolo que no logró el tesoro hasta la recta final. El 1-0 es una balsa de tranquilidad para los azules mientras mantiene al Lega en tierras resbaladizas de un inicio inestable.

Los dos equipos entraron, o eso parecía, dispuestos a discutirse la posesión. Pero fue solo de primeras, quince minutos de alternativas, con más juego posicional que llegadas. Un centro de Sangalli fue el bagaje del cuarto de hora de tanteo. A partir de entonces, el Oviedo se hizo con el mando. Y el Lega le dejó hacer.

La mayoría de opciones de los azules se encontraron en el la derecha, con Lucas en su perfil más ofensivo, Sangalli asociándose y Flores de excursión frecuente. A los 18, premio. Pase largo de Jimmy, carrera y centro de Lucas y gol de Bretones. Pero la pelota había rebasado la línea en el penúltimo toque.

Siguió intentándolo el Oviedo con mas fuerza en su flanco diestro. Flores fue el siguiente en intentarlo. Cedió para Bastón, pero el 9 llegó sin fuerza al encuentro. Su tiro, tibio, fue a las manos de Jiménez. Mismo destino que el siguiente disparo de Flores, minuto 23. Más llamativa fue la siguiente del joven mexicano. Recorte en el área, defensa al suelo, y tiro abajo. La defensa pepinera evitó que el daño fuera mayor.

La sensación al descanso es que el Oviedo había llegado más y tenía el partido por el mango. También se intuía que el Lega aún esperaba que el paso de los minutos le ayudara a encontrar a alguna vía hacia el área de Tomeu Nadal.

Tras el descanso, el Oviedo intentó acelerar un poco más. Y Bretones advirtió de las intenciones con un cabezazo arriba tras un buen servicio de Flores. Rama siguió el hilo desde la frontal. Bolo introdujo a Montoro, especialista en ordenar el tráfico, para agilizar el juego.

El Lega hacía tiempo que se la jugaba a una carta: la contra. Y pudo acertar. Muñoz le hizo un roto a Lucas en el área y cedió a Pardo, que se relamía para el gol. Calvo le negó el protagonismo en último instante.

Al Oviedo aún le quedaba una bala. Todo surgió en una carrera de fe de Lucas en la derecha. El canterano corrió y corrió hasta avistar el área y centró, exhausto, en una pelota rasa que no parecía el mejor centro posible. Pero Bastón, oficio, llegó antes que nadie para tocar a pelota y recibir el impacto de Perea, ingenuo. Penalti que el nueve azul ejecutó de forma decidida cerca de la escuadra pepinera.

Ahí murió el partido. Porque lo intentó el Lega, también con diez tras la absurda expulsión de Avilés al minuto de salir al campo. Pero resistieron los de Bolo, que estrenan su cuenta y dejan al Lega a cero tras dos semanas de competición.