MÁLAGA CF

El Málaga acelera su “final de siete puntos” contra el Racing

El Málaga espera superar los 21.807 espectadores del duelo contra Las Palmas en un partido ante el Racing donde hay en juego “siete puntos” según Sergio Pellicer.

Mariano Pozo

Sergio Pellicer calificó el próximo Málaga-Racing como “un partido de siete puntos”. Es de esos que pueden marcar el destino del equipo en los próximos años. Un cara o cruz en toda regla donde no habrá vuelta de hoja en caso de descalabro. La afición se se moviliza y el club busca que La Rosaleda está lo más llena posible. No es sencillo completar las 30.334 del aforo oficial, pero es posible superar los 21.807 espectadores que presenciaron el partido contra Las Palmas que acabó en descalabro, 0-4.

¿Cuál es el choque más importante en la historia del actual Málaga Club de Fútbol? Eso no suele ser fácil de dictaminar porque, como suele decirse en estos casos, ese siempre está por llegar. Generalmente la trascendencia de un encuentro se mide por las futuras consecuencias del resultado, bien sean positivas o negativas.

Por todo ello el evento del próximo domingo entre el Málaga y el Racing de Santander podemos considerarlo de extremada importancia. Si todo lo que queda son finales, mucho más al que nos referimos. Si ganan los blanquiazules se pondrán a cinco puntos de los cántabros y quedará la esperanza de que este duelo sea rememorado como punto de inflexión. En caso de derrota o. incluso, de empate, la diferencia será tan grande que pondrá casi imposible alcanzar la orilla.

Conscientes de que esto no es ‘otra final’ sino ‘la final’ la afición del Málaga se moviliza para convertir La Rosaleda en una caldera para ser ese jugador número 12 que tanto necesita el equipo para superar su peor crisis desde que el equipo se renombró en 1994 como Málaga Club de Fútbol.

¿Finales o recuerdos?

Una cosa son los partidos más importantes por sus repercusiones cual efecto mariposa y otra, los más recordados. En este último capítulo podemos rememorar que hace 10 años el Málaga emocionaba a toda España con sus hazañas en la Champions ante Oporto y Dortmund y hace 20 en la Copa de la UEFA contra AEK, Leeds o Boavista. Pero tras el bonito viaje europeo, la realidad del campeonato doméstico volvió a poner a los malagueños en su dura normalidad de sufrir y bailar con lobos.

Pellicer, Ramalho y Esteban Burgos.Mariano Pozo

Otra asunto son los partidos que marcaron un antes y un después. El primero fue contra el Cristian Lay de Jerez de los Caballeros (1995). Para ascender a Segunda B había que ganar y esperar que no lo hiciera el Isla Cristina ante un Puertollano que estaba primado hasta las orejas. En 1998 el recordado Málaga 4 - Terrassa 1 con tres goles de Guede y feliz empate del Beasain en Talavera (maletín incluido) que dio el ascenso a Segunda origen de la primera etapa dorada con ascenso y permanencia en Primera siete temporadas consecutivas hasta que llegó el descenso de 2006.

A partir de este instante llegaron encuentros vitales para la supervivencia. Por ejemplo 3-2 contra el Vecindario tras remontar un 0-2 decisivo para no descender a la tercera categoría, el 2-1 al Tenerife del ascenso a Primera de 2008, la permanencia de 2009-10 contra el Real Madrid con gol de Duda y que fue celebrada de manera descomunal, el gol de Rondón al Sporting que clasificó al equipo para la Champions

Pero en los últimos tiempos han predominado las finales con reveses. Descenso a Segunda de 2018 tras perder con el Levante. Y luego está la derrota contra el Deportivo en promoción de ascenso, 2018-19, que marcó el inicio del actual calvario. En 2021-22 una derrota contra el Burgos en casa pudo ser desastrosa de no ser porque el Huesca venció al Sanse y por ello el Málaga se salvó.

Lo de ahora es gordo de verdad. El Málaga se juega agarrarse al flotador que le acerque a la orilla, o convertir el tramo final de la campaña en una pesadilla mientras se aproxima el temido fatal desenlace.

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