LEGANÉS

El Leganés se queda sin soluciones de banquillo para seguir el ritmo

Las soluciones de Idiakez en forma de sustituciones fueron básicas, pero se han frenado. Un suplente del Lega no marca desde el 6 de diciembre. Críticas a los cambios ante el Ibiza.

Juan AguadoDIARIO AS

Hubo un tiempo en el que el Leganés no jugaba sólo con once jugadores. Jugaba también con los que esperaban turno en su banquillo, cuadrilla de hombres voluntariosos que, pizarra de Imanol Idiakez mediante, solían salir al césped para revolucionar los partidos. Para cambiarlos, someter al rival y alcanzar el objetivo. Eran jornadas de aportaciones goleadoras jugosas y rentables de unos suplentes que, además, solían ser desplegados como piezas de mecano que modificaban el dibujo pepinero y alteraban (para bien) la rutina del equipo. Se maniataba al rival con los relevos. Aquella costumbre se ha frenado.

Ante el Ibiza (derrota 0-1 ante el que era colista) fueron los cambios precisamente uno de los defectos que la grada señaló a Idiakez. Con 0-0, el entrenador no agitó el árbol al descanso. Fue la lesión de Narváez (pinchazo en la ingle) el que le hizo mover su primer relevo. Juan Muñoz suplió al colombiano. La segunda ventana de sustituciones no llegó hasta que el Ibiza no marcó. La entrada de Vico y Cissé dinamizaron al equipo. Pero aún no le daba.

La última opción de cambios se produjo a diez minutos del final. El objetivo: igualar el partido y, a ser posible, buscar el milagro del triunfo. Entraron Pardo y Qasmi. Ambos trataron de introducir creatividad y dinamita en busca del sueño. En este relevo, por cierto, llamó la atención que Karrikaburu fuera uno de los sustituidos viendo precisamente que el Leganés necesitaba gol para igualar el choque. Finalmente, no hubo éxito. El equipo perdió por primera vez en Butarque desde el 2 de octubre de 2022.

“Es lo jodido de nuestra profesión”

Idiakez explicó los cambios con tono algo fastidiado por ver cómo sus decisiones se habían puesto en duda. Poco antes se le había preguntado por la alineación. Tampoco le gustó mucho aquella pregunta. “Estábamos preparando cambios cuando ha llegado el gol del Ibiza. Hemos tenido el 70% de posesión y 15 tiros a puerta. El partido era feo, pero no estábamos sufriendo ocasiones del Ibiza. Y cuando estábamos preparando los cambios, ha llegado la lesión de Narváez. En ese momento no queda otra que hacer el cambio. Seguramente podría haber hecho cambios antes, seguramente podría haber hecho otra alineación”, se defendió Idiakez en rueda de prensa cuestionado por AS sobre la opción de haber tenido otra dinámica en los relevos.

“Es nuestra vida. Cuando perdemos, los entrenadores nos damos siempre cabezazos contra la pared. Siempre pensamos que podemos hacer otras cosas. Pero es que es lo jodido de nuestra profesión, que hay que tomar decisiones antes de que pasen las cosas. Es muy fácil después”, añadió quizá molesto por que en la derrota se le hubiera señalado. Algo que también sucedió durante los triunfos.

Idiakez anima a sus jugadores antes de hacer los dos últimos cambios (al fondo) frente al Ibiza. Juan AguadoDIARIO AS

El efecto banquillo en la buena racha

Porque fue él con su pizarra uno de los hacedores de la remontada que llevó al Leganés a ser el mejor equipo entre la 9ª y la 22ª jornada, con el 69% de los puntos cosechados, 29 de 42. Datazo. Por aquel entonces Idiakez se disfrazó de alquimista esférico y empezó a trastear con el equipo. Siempre en la línea correcta. Desde el cambio de la defensa de cinco, hasta el uso del banquillo como un recurso eficaz. Entonces el entrenador solía modificar dibujos, funciones de los jugadores con sus sustituciones. Siempre, además, con tono valiente, mirando siempre a la meta rival y adelantándose a los acontecimientos para provocarlos. Aquello, por ejemplo, cristalizó en goles. Raba ante el Levante, Qasmi ante el Tenerife, Naim en Ibiza o Raba de nuevo contra el Mirandés fueron goles cosechados por suplentes.

Más recientemente las sustituciones ante Sporting y Las Palmas también ayudaron a sostener los resultados cuando el equipo se quedó con uno menos. Pero el efecto banquillo se ha disuelto. Se nota en las aportaciones goleadoras. El Lega no ve puerta en botas de un suplente desde el 6 de diciembre. Un ratio bajo para un equipo que se había acostumbrado a las soluciones eficaces más allá del once inicial.

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