El Depor entra en barrena

El Deportivo inició la Liga de forma brillante sumando en las seis primeras jornadas 14 puntos de los 18 posibles. Esa racha le permitió alcanzar el liderato, pero desde entonces todo han sido malas noticias. Su goleada ante el Huesca (4-0) fue la última alegría para un equipo que afrontaba su particular Tourmalet tras un inicio de calendario suave. El reto era confirmar su candidatura al ascenso tras alcanzar el primer puesto ante rivales de mayor entidad y el resultado ha sido deprimente: Eibar (1-1), Almería (1-1), Málaga (3-0), Racing (2-1) y Valladolid (1-1). Tres puntos de 15 que han convertido el bache en una caída en barrena que ha sacado al equipo de los puestos de playoff. De encadenar tres triunfos seguidos y ser un líder invicto a llevar cinco sin ganar.

Los ánimos en A Coruña están en su momento más bajo porque esta falta de resultados ha venido acompañada de una pérdida de consistencia en el juego que han encendido las primeras dudas serias. En estos últimos cinco encuentros los tropiezos han tenido distintos matices, pero no se puede considerar injusto ninguno de ellos. El empate del Eibar llegó en el descuento, pero tras un asedio armero que obligó a la mejor versión de Germán Parreño para que el daño no fuese mayor. En Málaga el equipo fue vapuleado y en El Sardinero, a pesar de adelantarse, la reacción llegó muy tarde. Este domingo, ante el Valladolid, los blanquiazules lograron un agónico empate en el 97’ gracias a un rival que regaló un penalti y una expulsión (50’) cuando gobernaba a placer el duelo.

El bajón de estas cinco jornadas no es consecuencia de la mala suerte o decisiones arbitrales, como acreditan todos los datos además de los puntos sumados. En las seis primeras jornadas el equipo coruñés había marcado 15 goles, en las cinco siguientes, cuatro. De cuatro goles recibidos y tres porterías a cero se ha pasado a ocho encajando en todos los encuentros. Si en el tramo exitoso habían marcado ocho jugadores distintos, en esta caída tan sólo ha visto puerta Yeremay, y dos de sus tres goles fueron de penalti.

Pero casi más preocupantes que las cifras son las sensaciones, que han pasado de excelentes a deprimentes. La versatilidad de los sistemas en las primeras jornadas, con cuatro o cinco defensas, ha pasado a un desbarajuste muchas veces inducido por los resultados. Este pasado domingo, sin ir más lejos, el Deportivo acabó con tres defensas sobre el campo (Loureiro, Arnau Comas y Noubi), un teórico centrocampista (Mario Soriano) y seis atacantes: Mulattieri, Zakaria, Yeremay, Mella, Luismi Cruz y Cristian Herrera. Unas revoluciones con algunos nombres propios damnificados como Yeremay y su posición en el campo o un Mella que jugó de lateral derecho, carrilero izquierdo y extremo en ambas bandas.

La rueda de prensa de Hidalgo tras el duelo ante el Valladolid fue bastante contundente: “Hay que ser muy críticos porque con esto no nos llega. Hay que jugar con más intensidad. No somos tan buenos como nos creíamos hace poco, hay que mirarse el ombligo”. Duro mensaje, aunque la llave está en el propio técnico en muchos sentidos. Hay jugadores que han desparecido como Patiño. Otros que saltaron a la titularidad tras lesión estando muy justos, como Gragera y Escudero en Málaga. Al tiempo, el nivel individual de muchos futbolistas está muy por debajo de lo esperado limitándose a la regularidad un reducido número de ellos como Loureiro, Mella o Germán Parreño. En el apartado de inconvenientes, el más claro es la lesión de Ximo Navarro y ahora, de Escudero. Dos ausencias importantes, pero que no pueden explicar en ningún caso la entrada en barrena de un Depor que necesita reiniciarse ya.

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