El Anxo Carro se despide de Segunda con el Huesca de testigo

Hace no tanto, el Lugo y el Huesca disputaban un partido en el que los locales no se jugaban nada y los visitantes ascendían a Primera. Fue una tarde de fiesta oscense en el Anxo Carro con la complicidad de la afición albivermella, que ponía el broche a otra temporada plácida en Segunda. Aquellos fueron los tiempos, dirá alguno, pues en nada se parecen a lo que hoy se juega (sigue el partido en directo en AS.com). El Lugo, descendido desde abril y sin la capacidad de ganar un solo partido en la primera vuelta, comparecerá ante los suyos exclusivamente para aguantar el chaparrón de la enésima bronca de una afición tan harta que sólo quiere perder de vista a los protagonistas de la debacle más vergonzante de la historia reciente de los lucenses. Tampoco es que el Huesca venga hecha unas castañuelas. La temporada ha sido anodina, muy alejada de lo que se podría esperar de los del Pirineo y sin ningún aliciente que echarse a la boca. Para completar el cuadro, el Lugo ha decidido que esta última jornada como local sea la del “Día Del Abonado”, regalando dos entradas a cada carnet de socio, como si hubiese algo que celebrar.

Si hacemos caso a los precedentes, no se espera revolución en el once de Vélez. Exaspera al aficionado que no fuese valiente cuando el equipo se jugaba la vida ni haya dado la alternativa a la cantera cuando ya no había ningún riesgo. Tanto que la parroquia albivermella, que lo recibió con esperanza, dude ya de que sea el entrenador idóneo para el nuevo proyecto en Primera Federación. El técnico sigue con la letanía de que quieren un triunfo para dar una alegría a la afición, aunque es altamente dudoso que una victoria enjuague la hiel que el hincha albivermello lleva tragando toda la temporada. No han ganado en toda la segunda vuelta, cabe apuntar, lo que da idea de la magnitud del desastre y lo vergonzoso del rendimiento colectivo de la plantilla. Como para reírles las gracias.

Por su lado, el Huesca se despide de su teatro de los sueños. En el Anxo Carro tocó el cielo con un ascenso inolvidable a Primera y estará en el día que los lucenses se despiden, al menos durante una temporalmente, del fútbol profesional. Solo han pasado cinco años de aquel partido y no repetirá ningún protagonista entre los oscenses. De tocar el cielo en aquel partido a jugar un partido sin alicientes. A lo poco que se puede agarrar el aficionado oscense es a ver a su equipo sin la presión que ha arrastrado hasta que ha certificado la permanencia. Ziganda ha dado descanso a Pulido y hará rotaciones. Tampoco hay que descartar que algún futuro fichaje llegue desde el Anxo Carro, ya que ha sido habitual la llegada de futbolistas desde Lugo, como a Carrillo, Escriche o Gerard Valentín.