El Anxo Carro se aferra a la última bala ante un Racing al alza
El Lugo necesita tirar de épica para seguir creyendo ante un Racing que busca dar un salto casi definitivo hacia la tranquilidad.
Hace no tanto tiempo, apenas unos meses, el Lugo y el Racing peleaban por sacar la cabeza de la zona baja. El Lugo estrenaba a Fran justo en el banquillo y Romo peleaba por seguir en el de los de Santander. Viajaron los albivermellos a El Sardinero y vencieron con un gol de (ay) Chris Ramos. Era el 4 de diciembre y fue el último gol del gaditano con el Lugo, aunque entonces nadie lo sabía. Desde entonces el Racing cambio de entrenador, el Lugo lo hizo otras dos veces y los cántabros tiraron para arriba y los gallegos se hundieron. Así es la vida (sigue el partido en directo en AS.com).
El Lugo quiere aferrarse a algo, lo que sea, que le permita seguir tirando para adelante a pesar de encontrarse a doce puntos de la permanencia y con mínimas posibilidades. La llegada de Vélez al banquillo y la imagen de equipo mostrada contra el Alavés invita a dar un último voto de confianza al equipo. Con Vélez llegó la defensa de cinco, que parece se mantendrá, aunque las bajas de Pantic y Xavi Torres obligan a cambios. Entrará Carbó en el once y no se descarta a Loureiro de central, lo que dejaría hueco en el once a Calavera. Gobernará Gui Guedes, correrá Avilés y peleará arriba Barreiro.
Mientras, el Racing montó en el autobús con destino a Lugo convencido de que está ante una gran oportunidad de empezar a remachar la gran remontada que está protagonizando desde la llegada de José Alberto al banquillo verdiblanco. Con la buena racha de resultados y la poca afición de José Alberto a dar bandazos, todo parece indicar que el Racing empezará el partido frente a los lucenses con el mismo once con el que arrancó la semana pasada frente al Huesca. Viaja el Racing a Galicia con la convicción de que le volverá a tocar proponer, aunque sea como visitante, y a eso ha dedicado la semana, a automatizar movimientos que le permitan encontrar en Lugo los espacios que no descubrió frente al Huesca. De ganar, los cántabros darían un paso casi definitivo hacia la salvación. De perder, el Lugo certificaría una defunción que ya es casi definitiva.