El Andorra quiere mirar hacia arriba

El Andorra ni se resigna ni se conforma. Quiere seguir mirando hacia arriba, un playoff lejano, y la victoria ante el Huesca es un paso más en esa dirección. Un gol de Bakis decidió un partido en el que perfectamente pudieron haber más goles, pues fue más vistoso y entretenido de lo que reflejó el marcador. El Huesca jugó una muy buena primera parte, se desdibujó en la segunda, arriesgando muchísimo y permitiendo demasiado atrás. Andrés Fernández, de hecho, salvó un par de goles casi cantados. Germán Valera, por el otro lado, fue una pesadilla para los visitantes.

Ninguna sorpresa hubo al inicio, con Andorra y Huesca planteando el partido tal y como estaba previsto. Los locales a lo suyo, a tocar, combinar y buscar huecos mientras que el Huesca, muy ordenado, presionó arriba y trató de finalizar lo más rápido posible. Una estrategia que pudo tener su premio en el 9′ cuando Cristian Salvador envió un disparo a la escuadra. Literalmente. Un chute magnífico desde fuera del área, después de un robo, que se estrelló en la madera.

En líneas generales se vio a un Huesca cómodo, mucho más vertical y, sobre todo, más intenso. Las llegadas eran suyas. Pero cómo tantas veces pasa en este deporte, el gol cayó del lado del Andorra. Un lejano disparo de Sergio Molina que paró Andrés Fernández, pero cuyo rechace empujó Bakis. Un gol que parecía que iba a anularse por fuera de juego, ni siquiera lo celebró el futbolista, pero que el VAR validó tras una larga deliberación. Un gol sin prácticamente celebración. Cosas del fútbol moderno.

Los protagonistas del partido siguieron siendo Salvador y Bakis. El primero, incisivo, volvió a probar a un Lizoain que recuperó la titularidad. El segundo mandó una excelente vaselina al primer toque al palo. Fueron los mejores minutos del Andorra, alrededor del 25, cuando consiguieron ellos ser verticales tras el robo. Especialmente por la derecha, con Alti y Bundu.

Ya antes de llegar al descanso el Huesca reaccionó. Los oscenses jugaron una primera mitad muy sólida, llegando constantemente a la portería del Andorra y poniendo muchos balones al corazón del área. Hicieron méritos para marcar, pero les faltó puntería. Kanté se había marchado lesionado a los pocos minutos de arrancar el partido, algo que evidentemente les penalizó. Aún así, el Huesca estuvo un punto por encima del Andorra en la primera mitad.

No cejó en su empeño de buscar la portería contraria el Huesca, que nunca rebla, tras el descanso. Inquietó mucho más al Andorra, pero sin llegar a meterles el miedo en el cuerpo. Los locales estuvieron cómodos con el balón, poco profundos a excepción de Valera, mientras el equipo de Ziganda dio un paso adelante. No les quedaba otra.

Valera forzó una falta peligrosísima al borde del área y Bakis pudo sentenciar en el 75′ si no llega a ser por una excelente parada de Andrés, que volvió a hacer lo mismo en un disparo de Mika Mármol. Y es que a mayor riesgo asumido por el Huesca, más opciones para el Andorra. Además, la expulsión de Salvador acabó por romperles.

Pese a ello siguieron presionando arriba, tratando de ser verticales e inquietando al Andorra. Lo que hicieron durante todo el partido. Carlos Martínez pudo sentenciar en dos ocasiones, pero Andrés Fernández salvó a los suyos en un partido roto.