El Andorra debuta conquistando el Tartiere: victoria en el añadido

El Andorra se estrena en Segunda con un boleto premiado. Le tocó al equipo de Sarabia tras un partido en el que lució orden y personalidad con la pelota ante un Oviedo más voluntarioso que engrasado. Tras resistir el empuje final de los locales, los andorranos tuvieron la suya en el añadido, en un córner. Pau voló más alto que el resto para cabecear a la red y darle al Andorra el primer triunfo en su novedoso paso por el fútbol profesional.

El Oviedo quiso molestar arriba desde el impulso inicial mientras el Andorra trataba de tomarle el pulso a una competición que no conocía. Y durante 15 minutos sí pareció afectarle el “miedo escénico”, impreciso en la salida, atenazado de primeras. Los nervios aumentaron ante los intentos de Bastón, volea arriba, y de Obeng, tibio testarazo tras una falta lateral.

Superado ese impacto inicial, el equipo de Eder Sarabia empezó a desperezarse. Con la pelota, claro, marca de la casa. No llegó a inquietar la meta azul, pero al menos logró incomodarle, obligando al Oviedo a perseguir cada larga posesión andorrana.

Pudieron los de Bolo alterar el guion cerca de la media hora, pero a Bastó se le escapó la presa rodando cuando se preparaba para ejecutar en el área. Las dos últimas, aún con dominio de la situación para los visitantes, fueron dos centros azules que la defensa andorrana se encargó de desviar.

Tras el descanso todo se aceleró. Como si a los dos equipos les hubiera entrado la prisa. Primero fue Petxarroman el que lo intentó desde lejos, pero la pelota pasó cerca del poste. La réplica fue de Rama que casi dobla los guantes de Lizoain. Alti cargó de nuevo para en Andorra, para lucimiento de Tomeu Nadal.

Entró el partido en el carrusel habitual de cambios para entrar en la recta final. Ahí sí se volcó el Oviedo, apoyado en el dinamismo del joven Marcelo Flores, con desparpajo para jugar entre líneas. Enrich pudo acertar a los 79′ pero le faltó algo de precisión en su cabezazo. Montoro fue el siguiente pero el golpeo en el área se fue cerca, muy cerca, del poste. Y Sangalli siguió con el asedio azul: golpeo centrado, fácil para Lizoain.

El VAR entró en escena en pleno dominio local para desinflar los ánimos carbayones. Roja a Enrich por una patada a destiempo. La acción parecía matar el partido, ya con el Andorra satisfecho con el punto sumado. Pero al partido le quedaba la acción final, la que definió por completo los estados de ánimo. Ese testarazo de Pau para conquistar el Tartiere y dar la primera sorpresa gorda de la siempre indescifrable Segunda.