Doblete de Mboula, que pulveriza todos sus registros anteriores

Mboula se sale. Seis goles en nueve jornadas, doblete incluido el sábado frente al Andorra, justo en los partidos en los que ha estado a las órdenes de José Alberto en el Racing. Su media docena de tantos le han supuesto al cuadro de El Sardinero cuatro triunfos que le han sacado de los puestos de descenso, de los que ahora le separan cuatro puntos. Han sido goles tan decisivos como bellos, tres con la izquierda, dos con la derecha y uno de cabeza, y están suponiendo la explosión de la calidad que todo el mundo intuía en este futbolista desde su más tierna infancia pero que, sin embargo, se resistía a demostrar en el fútbol profesional. Tanto, que esta en el Racing, con 23 años, es ya su tercera cesión y antes de llegar a El Sardinero sus números no se compadecían con su fama. Ahora, con José Alberto, no con Romo, el anterior técnico verdiblanco, está rompiendo todos sus registros.

Allá por 2016, los cazatalentos de los mejores clubes del fútbol europeo se daban codazos para seducir a Jordi Mboula Queralt, un extremo derecho de la cantera del Barça, por entonces con 17 años recién cumplidos. Nacido en Granollers, de madre catalana y padre congoleño, era un fijo para Luis De la Fuente en la selección española Sub-19 (coincidió con Cucurella, Brahim Díaz, Óscar Rodríguez, Aleñá o Ferrán Torres, entre otros) y parecía llamado al estrellato. El Mónaco, por entonces una gran potencia en la captación de talento joven, se llevó el gato al agua. Allí, en el principado, se puede decir que aterrizó para intentar cubrir el hueco que dejaba un tal Mbappé, cuatro meses mayor, que fué traspasado al PSG a principios de la temporada en la que Jordi llegó. No lo consiguió. Apenas con 20 años ya volvía a España, cedido al Huesca, en Segunda.

Míchel, el hoy técnico del Girona, no sacó gran cosa de Mboula en El Alcoraz y nada más regresar al Mónaco fue traspasado al Mallorca por 1,7 millones de euros. Tampoco con Luis García Plaza emergió el Mboula que prometía y a mitad de la temporada pasada salió cedido al Estoril, en Portugal (estuvo más o menos bien), pero tampoco Javier Aguirre quiso quedarse con él esta temporada y acabó cedido el 24 de agosto en el Racing. En El Sardinero sí que encontró desde el principio la confianza que le habían negado Aguirre, García Plaza o Míchel. Romo le otorgó una titularidad prácticamente fija, pero, para desgracia de ambos, el juego del de Granollers no acababa de despegar. De hecho, la falta de gol y la irregularidad de Mboula acabó costando críticas a ambos, al jugador y al entrenador.

El clic que hizo que todo encajara fue la destitución de Romo, un técnico muy defensivo con el que el Racing marcaba un gol cada dos jornadas, y su relevo por José Alberto López. Por que tocaba, por suerte o por los matices tácticos que introdujo el asturiano, desde la primera jornada en la que coincidieron el rendimiento de Jordi explotó. Golazo del catalán en el Nuevo Cartagonova, el primero del 0-3 que firmó allí el Racing, otro tanto de bandera, maradoniano, con una conducción de 50 metros en eslalon, al Sporting, y cuatro en las tres últimas jornadas, uno de cabeza al Leganés y tres contras brutales: una al Villarreal B y dos al Andorra. Y todo esto, como reconoció el sábado su entrenador, sumado a que “a nivel defensivo está supercomprometido, con ayudas constantes al lateral. Le hemos cambiado alguna cosa, que nosotros y él sabemos, pero lo más importante es que Jordi es un jugadorazo y tenemos un arma muy importante con él”. Jordi Mboula ya está aquí. Buena noticia para el Racing. Y para el Mallorca, que le recupera el 1 de julio. Y, quién sabe en el futuro, acaso para Luis De la Fuente, que le está esperando desde los 17 años.