Bebé y Bermejo aguan la fiesta del Levante

Todavía quedan ocho jornadas por delante, pero cada partido ya tiene tintes de final. El Levante se quedó sin celebrar con victoria el reconocimiento oficial de la Copa de la España Libre del 1937 entregada por Rubiales al principio del encuentro inmerso en el show de Bebé, que justo se equivocó en las últimas dos acciones del encuentro, con el partido roto y cada contragolpe convirtiéndose en una acción para decidir el partido. La entrada del caboveridano, un jugador diferencial en la categoría, puso patas arribas un partido que tenían aparentemente dominado los locales. Joni Montiel adelantó a los granotas, su segundo gol en los últimos dos partidos, e incluso pudo hacer la sentencia, hasta que Escribá dijo basta y rompió el partido con los cambios, aprovechando la inferioridad del Levante por la inocente expulsión de Saracchi, al que le sacaron roja directa con el balón fuera del campo. Vezo, Campaña y Vada acabaron lesionados en un apasionante partido en el que hubo de todo.

Calleja apostó de inicio por Vezo, todavía tierno tras salir recientemente de lesión, y por Campaña, con algunos minutos en su pierna en su regreso en Santander. Mientras que Bouldini, el máximo goleador del equipo, fue la principal ausencia granota. Por su parte, el capitán Zapater fue la principal novedad en el once de Escribá al volver de sanción.

El partido nació intenso desde el comienzo. De Frutos y Giuliano intercambiaban golpes en los primeros instantes poniendo a prueba su velocidad, Alarcón recibiría una amonestación que sería clave a la postre y Vezo cayó lesionado... y no habían pasado ni cinco minutos.

Cinco después, el Levante celebraba el primer gol de la noche. Joni Montiel recibía entre líneas, buscó el desmarque de Iborra, que se topó con la salida de Cristian Álvarez y el rechace cayó de nuevo al mediapunta madrileño, que fusiló con un zurdazo desde la frontal pese la rectificación del guardameta argentino, felino y rápido de piernas en el área chica pese a sus 37 años.

Pese al golpe, al Zaragoza no le quemaba el balón en el Ciutat de València y trataba de afincarse en terreno contrario desde la posesión, pero sin renunciar a las arrancadas de sus veloces atacantes, con piernas y colimillo al espacio. Pero con el gol, los granotas comenzaron a hacerse con el esférico, con Joni Montiel y De Frutos como agitadores en tres cuartos, mientras Pepelu movía los hilos en la medular. Sin embargo, un error del ‘8′ granota en la salida cerca estuvo de costarle caro al Levante, pero Francho se topó con un solvente Dani Cárdenas.

En esas, con el dominio, la figura de Campaña comenzó a tomar protagonismo y los defensores aragoneses la tomaron con el centrocampista andaluz. Bermejo fue amonestado y Alarcón se jugó la segunda amarilla. Por lo que, a falta de cinco minutos para el descanso, Escribá, que ya vio como arriesgó de más en una entrada sobre Campaña, decidió retirar al centrocampista chileno por exceso de ímpetu. Vada, al campo.

Tras el descanso, Escribá siguió moviendo a su equipo, por decisión propia y por obligación. Iván Azón sustituyó a un ineficiente Puche y Vada, que ingresó al final del primer acto, cayó lesionado dejando su lugar a Jaume Grau. También Bebé saltó al campo por el capitán Zapater. Más madera para buscar el empate, pese a que el Levante salió convencido del vestuario. Soldado estrelló un balón en el larguero nada más arrancar el segundo tiempo y Montiel estuvo a punto de hacer el segundo con una gran triangulación en la frontal de nuevo con Iborra.

Pero la entrada de Bebé al terreno de juego lo agitó todo. El caboverdiano, solo con su presencia, aglutina rivales cuando carga la pierna y una arrancada suya, con aviso de disparo, acabó en las botas de Bermejo que emuló al recién llegado con un zurdazo que sorprendió a Cárdenas y a todo el estadio.

El Real Zaragoza se creció ante el ambiente hostil de Orriols y pudo hacer el segundo de la mano del pequeño de los Simeone, que cruzó demasiado ante la salida de Cárdenas. Por si fuera poco, el Levante se quedaba con uno menos por la sorprendente expulsión de Saracchi con el juego parado.

En el peor momento y en un golpe de fe, Pepelu mandó el balón de nuevo al travesaño en una contra. Al dianense, pese a no dejar de intentarlo, se le resiste su primer gol como granota. Pero el show de Bebé seguía en marcha, acumulando el balón en ataque e incluso ayudando al equipo con esfuerzos defensivos, frenando en carrera al mismo De Frutos, una de las balas de la categoría. Lo cierto es que, y de qué manera, la entrada de Bebé cambió por completo el rumbo del partido. Sin duda, un jugador diferencial en Segunda.