Arturo Molina se reencuentra con la generación de Pepelu y Cárdenas

Arturo Molina, centrocampista del Racing de Santander, estuvo a un paso de formar parte del primer equipo del Levante. El murciano coincidió en el Atlético Levante, filial granota, con Pepelu y Cárdenas, afianzados como referentes, con permiso de Iborra, en este nuevo proyecto. También con Son, Pablo Martínez o Cantero. Sin embargo, le tocó fraguar su carrera lejos de Orriols.

Este domingo visita por primera vez el Ciutat de Valéncia como rival. Un estadio en el que ha trabajado en numerosas ocasiones en busca de una oportunidad en el fútbol profesional. De hecho, llegó a tener contrato con el primer equipo para la temporada 2020-21, pero fue cedido al borde del cierre del mercado al Castellón al quedarse sin hueco en la plantilla de Paco López.

Tras acabar la temporada, con un paso algo gris por Castalia, el conjunto de Orriols rescindió su contrato y encontró acomodo en las filas del Fuenlabrada, donde no cuajó y marchó también con la carta de libertad bajo el brazo en el mercado de invierno al Racing, en Primera RFEF. En Santander se asentó desde el primer momento, siendo una pieza importante en el ascenso a Segunda División.

Muchos trotes para un jugador que apuntaba alto en sus años en la Ciudad Deportiva de Buñol. Arturo llegó como un diamante por pulir tras irrumpir con fuerza en el primer equipo del Real Murcia, en la extinta Segunda B, en el equipo de su tierra. Tras captar el interés de varios equipos, el Levante se adelantó para firmar un acuerdo por una cesión con opción de compra.

En su primer año como granota fue el jugador más destacado del Atlético Levante, con siete goles en la categoría del bonce, hasta el momento la temporada más goleadora de su carrera, pero el curso acabó con descenso a Tercera con José Carlos Granero en el banquillo. Pese al mal año, de esa generación varios jugadores han llegado al fútbol de élite: Pepelu, Cárdenas y Son (Levante), Shaq Moore (ex del Tenerife, ahora en el Nashville) o El Hacen (Lugo). Otros, como Koke Vegas y Fran Manzanara, tocaron también el primer equipo.

Tras el descenso, el Levante hizo efectiva la opción de compra de alrededor de 150.000 euros que tenía con el Murcia por el jugador y lo cedió al Castilla, donde una complicada lesión en su visita al Navalcarnero truncó su paso por el filial blanco, en el que comenzó siendo un fijo para Santiago Solari.

En su regreso al Levante, disputó dos temporadas más con el filial, con Luis García Tevenet en el banquillo, siendo un fijo para el técnico andaluz. Sin embargo, pese a su papel en el Atlético Levante, y estando a las puertas del primer equipo, le tocó labrarse su carrera lejos de Orriols. Ahora regresa al Ciutat como rival, ante un equipo en el que sus excompañeros Pepelu y Cárdenas ya son hombres de peso en el vestuario. Cosas del fútbol.