LEGANÉS

Raba, confirmación de Primera

El atacante cántabro del Leganés retorna tras dos años a la élite después de haber sido pieza clave en el ascenso pepinero. “Es un año para que se salga y demuestre lo que vale”, dice su entorno.

JAVIER GANDULDIARIO AS

Dani Raba vuelve a Primera División. Es noticia. Para él, importantísima. También merecida. Porque el delantero cántabro del Leganés (28 años) hizo hace dos veranos una apuesta. Bajó un peldaño, abandonó la élite y decidió enrolarse en un proyecto de Segunda para intentar buscar el retorno entre los mejores, bien por la vía individual (fichaje), bien por la vía colectiva (ascenso). Primó la última con altas dosis de la primera. Porque en la promoción del Leganés fue fundamental su aportación, especialmente en un inicio de temporada de cine. El resultado del curso, seguramente su mejor campaña como profesional, con ocho goles y siete asistencias en 33 partidos disputados.

Aún así, los problemas físicos le restaron protagonismo en un cierre en el que acabó de suplente y con caras pocos amigos por no jugar de inicio. “Es normal que se cabree. A mí me gusta que se enfade”, lo defendió Borja Jiménez, su entrenador. Ahora, renovado automáticamente por el ascenso y los objetivos individuales cumplidos, Raba retorna a Primera con aires de reválida. De confirmar que la categoría a la que vuelve no le es ajena, sino su hábitat natural.

Sin continuidad en el Submarino

Eso parecía cuando, en 2017 debutó con el Villarreal. Entonces era un canterano prometedor que, tirado a la izquierda (ejercía más de extremo zurdo que de todocampista como se le ha visto en el Leganés) dibujó sus mejores resultados en la élite, con 21 partidos entre Primera a los que sumar cuatro encuentros de Europa League y ocho en Copa. En total, 29 partidos con los que sumó 1.505 minutos con cuatro goles (dos, por cierto, al Leganés, uno de sus ‘rivales’ favoritos) que, sin embargo, no fueron prólogo del crecimiento, sino preludio de una meseta.

Desde entonces, su peso en el Submarino Amarillo, lejos de crecer, fue disminuyendo. Ni su cesión al Huesca (ascenso de nuevo incluido) sirvieron para afianzarlo en un club que lo cedió en 2022 al Granada (también de Primera) como último recurso. Tampoco funcionó. Fue entonces cuando este nieto de futbolista e hijo de futbolista (en Cantabria forma parte de una saga más que respetada) inició su bajada a Segunda en un Leganés que le ha ofrecido, de nuevo, la oportunidad demostrar sus virtudes y su talento.

Rafa no celebra su gol al Racing la pasada temporada. Su abuelo y su padre fueron jugadores de los cántabros. DeFodi ImagesDeFodi Images via Getty Images

“Este es un año para que se salga y demuestre lo que vale”, cuentan en su entorno cuando se le pregunta si en algún momento se ha valorado algunos de los intereses que lo han rondado visto el temporadón que se hizo con el Leganés. A ellos pondrá su esfuerzo en los próximos doce meses en los que el objetivo colectivo será la permanencia, pero el individual, cumplir con la ‘amenaza’ y ‘salirse’ en su rendimiento.

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