ATHLETIC

¿Quién puede jugar en el Athletic y quién no? Esto dice la filosofía del club vasco

En el equipo rojiblanco juegan unos futbolistas muy determinados desde hace 125 años, aunque en ocasiones se han podido saltar las normas.

Vincent WestREUTERS

El Athletic ha mantenido en sus 125 años de historia una filosofía admirada en todo el planeta, por su afán por poner en valor la proximidad, de tal forma que navega a contracorriente de la evolución natural del fútbol, cada vez bajo un contexto más global. El club bilbaíno renovó recientemente su página web y fue algo más explícito con la idea que defiende para admitir a jugadores en su seno, una creencia que apuesta “por la defensa de unos valores cada vez menos frecuentes en el fútbol y en el deporte del siglo XXI. El orgullo por lo propio, reflejado en su máxima expresión con su política de cantera, marca la diferencia con cualquier otra filosofía o manera de entender el fútbol en todo el mundo”.

Esa filosofía, hasta ahora casi etérea y escurridiza, se puede sintetizar en que el Athletic lo componen “los jugadores que se han hecho en la propia cantera y los formados en clubes de Euskal Herria, que engloba a las siguientes demarcaciones territoriales: Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, Nafarroa, Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Behera, así como, por supuesto, los jugadores y jugadoras que hayan nacido en alguna de ellas”. Esto último provocó una histórica catarata de captaciones de canteranos del entorno. Un asunto sensible, que supone el mayor orgullo de los aficionados y socios, y que no está recogido dentro de los estatutos del club, por lo que su interpretación ha ido variando con el tiempo.

Esta circunstancia le limita de manera importante dentro de un fútbol marcado por la apertura de fronteras. Su zona de influencia es tan reducida que el producto al que aspira se encarece de forma alarmante y cuando alguno de sus integrantes destaca, debe poner sobre la mesa sueldos desorbitados para mantenerlo, porque sabe que no va a encontrar fácilmente sustitutos a tal altura. La actual directiva que encabeza Jon Uriarte ha promovido el fichaje de jugadores jóvenes de otros grandes clubes con pasado en Euskadi, preferentemente con un perfil muy atlético.

Solo hay leones vascos, pero no siempre fue así. Hasta los años 20 del pasado siglo, en los comienzos del fútbol en España, varios extranjeros defendieron la camiseta del Athletic. Fundamentalmente ingleses, encargados de propagar el balompié por los terrenos de juego españoles. Además, a partir de 1926, el Athletic comienza a incorporar guipuzcoanos, alaveses, navarros y algunos jugadores nacidos fuera de su área de influencia tradicional pero criados en ella, como el soriano Petreñas o el cántabro Oceja, quien llegó a ser capitán. Estaban cerca de Bilbao y prácticamente nadie reparaba en lo que podía provocar su fichaje.

Los debates se han suscitado cuando se ha estirado el chicle con algunos casos que en Bilbao han desencadenado la eterna frase de “hacer trampas al solitario”. Así, más recientemente fueron llegando, con justificaciones en principio poco creíbles, algunos fichajes polémicos. Por ejemplo, Santi Ezquerro, nacido en la localidad riojana de Calahorra y que fichó por la cantera de Osasuna cuando tenía 18 años. O, todavía bordeando más los límites, Aymeric Laporte, natural de Agen, localidad situada fuera del País Vasco francés, y que con 15 años fue cedido al Aviron Bayonnais antes de entrar en Lezama.

Y se levantó bastante polvareda con la contratación de Bibiane Schulze, hija de vasca. El Athletic anunció en 2019 la contratación de Bibiane Schulze. Se montó una buena en Bilbao, ya que mucha gente entendía que la jugadora del FFC Frankfurt no entraba en la filosofía, por más que el presidente Elizegi trataba de refrendar que la chica desde niña era rojiblanca hasta la médula. “Que Bibi naciera en Alemania fue un accidente. Cuando estaba embarazada, a mi marido le ofrecieron un trabajo en Fráncfort y nos fuimos a vivir allí”, contó Mara Solano, la madre de Bibiane, que pasa todos los veranos en Lekeitio y, además, a pesar de residir en Fráncfort, está empadronada desde 2002 en Ispaster, una población costera vizcaína de 700 habitantes. Además, es biznieta de Pacho Belauste, un león histórico de la década de los 20 del pasado siglo. Un episodio más en una forma de entender el fútbol que se ha mantenido, contra viento y marea, durante 125 largos años.

Con fichar a jugadores de canteras cercanas valía. Bixente Lizarazu, en 1996, abre la vía vascofrancesa. Esta filosofía coloca al Athletic en una posición de desventaja con respecto a sus competidores. En los últimos tiempos ha surgido un grupo de socios que trata de impulsar un debate, que quería llevar a una asamblea extraordinaria, entre la masa social para asimilar a la filosofía a los descendientes de vascos nacidos en el extranjero. Por ejemplo, si el hijo de un jugador rojiblanco legendario por mero azar viene al mundo fuera de Euskadi, no podría militar en el Athletic. Y eso suena extraño. Pero finalmente, este colectivo retiró la iniciativa para no distraer a la plantilla y su entorno en un momento en el que hay muchas cosas en juego.

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