Que bello es vivir la Copa..., salvo que seas de Segunda
Lo siento, Tebas. Tengo que decirlo. Rubiales es un genio. Ha conseguido poner en marcha la competición más caprichosa, manipulada y torticera de la historia entre el beneplácito general. Los periódicos y las radios hemos comprado que el actual formato de la Copa del Rey es una sucesión de historias entrañables, Doña Puri ve los partidos desde su balcón y baja caldo caliente al vestuario las noches de invierno, el lateral derecho conduce por las noches un camión de la basura y hoy marca a un internacional, el volante ofensivo que ordeña 48 vacas de leche antes de hacer 56 kilómetros para bajar a entrenar... esas cosas.
Sin embargo, creo que no hemos reparado suficiente en la injusticia que supone un formato completamente teledirigido, en el que los sorteos son una suerte de orgía del bombo en el que hay seis o siete copones llenos de bolas, ya me pierdo (menos mal que el presentador de la RFEF es un fenómeno, lo mejor de la Copa, al que debieran fichar los inútiles que hacen los sorteos de la Champions), cada uno con unos condicionantes distintos que se pueden resumir en que asfaltan un camino plácido hasta dieciseisavos de final para los de Primera, reparten una pedrea entre los entrañables equipos de Preferente, Tercera y Segunda Federación y convierten en carne de cañón a los de Primera Federación y, sobre todo, a los de Segunda. Los tontos de esta feria. Ayer escuché algún análisis que decía “que mala noche han tenido los equipos de Segunda”. No, perdona, esto está montado para que sea así.
Se dice que se quiere una competición más emocionante y que por eso se hace a partido único en el campo del equipo de inferior categoría. Sea. Emoción de verdad es con un solo bombo y que en la primera ronda o en la segunda, o cuando toque, haya un Athletic-Real Sociedad a cara de perro, mientras al lado se juega un Arenas-Sestao. ¿Que se puede colar un equipo de Tercera con mucha suerte en el bombo en octavos de final? Mejor, más señoras Puris e historias similares. No se preocupen, que la sucesión de sorteos le acabarán poniendo ante su propio límite. ¿Y porqué no un Barça-Madrid en la primera ronda? Emoción desde octubre. El país dividido entre montescos y capuletos, como acostumbra. ¿No tienen suficiente premio con el pastón que se van a llevar por jugar la Supercopa (junto al Valencia y el Betis, que son low cost para los saudies), que además les tienen que eximir de jugar las dos primeras rondas y que entran en la tercera con la ventaja añadida de reservarle a los estudiantes de derecho y reponedores de IKEA? A octavos sin despeinarse. Como tampoco tiene lógica alguna que el Racing haya estado exento de jugar una ronda por ser campeón el año pasado de Primera RFEF, sobre todo si tenemos en cuenta que el campeón de Segunda, el Almería, se tuvo que hacer 1100 kilómetros en la primera ronda para ir a jugar a Carballino. Encima, para que le pintaran la cara. ¿El campeón de Primera RFEF tiene exención y el de Segunda no?
Después de dos rondas solo quedan cinco equipos de Segunda (y porque dos jugaron en casa frente a otros de Segunda). 16 eliminados y no por casualidad. A los equipos de LaLiga Smartbank las normas les obligan a jugar dos rondas contra equipos profesionales, de Primera RFEF casi todos, a domicilio. No es lo mismo que un Primera visite a equipo aficionado del que le separan tres o cuatro categorías a que tu rival sea de solo una categoría menos y con la ventaja de campo. Dos partidos duros, dos kilometradas y sin posibilidad de hacer taquilla y sin que tus aficionados te puedan ver por la tele, solo garantizada para los primeras, claro. Y con el horizonte de obtener una buena recaudación ante un grande muy, muy lejos. Resultado de las dos primeras rondas: 17 equipos de Primera clasificados sin bajarse del autobús en la mayoría de los casos, 16 de Segunda eliminados, los ocho que quedan de Primera Federación (que no han visto un Primera ni de lejos) sin vender todavía una entrada y, eso sí, el Ibiza-Islas Pitiusas y el Cacereño para demostrar que esta Copa es una máquina de generar historias bonitas. Un bombo, sin exenciones y a cara de perro, esa sería mi Copa, pero la de Rubiales creo que gusta a la mayoría. Enhorabuena a los premiados.
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