Zidane: 23 años desde su presentación galáctica

Zinedine Zidane se puso por primera vez la camiseta del Real Madrid en un día como hoy, 9 de julio. Fue en el año 2001. Se celebró en el extinto Pabellón de Hielo de la vieja Ciudad Deportiva del Real Madrid, con Florentino Pérez, artífice del fichajazo, y Alfredo Di Stéfano, Presidente de Honor, como maestros de ceremonias ante una nube interminable de periodistas llegados desde los cinco continentes para cubrir la ‘premiére’ del mago marsellés. Un año después de dar un golpe de mano al fichar a Luis Figo y arrebatárselo al Barça, Florentino daba en la diana quitándole a la Juventus a la gran joya del fútbol mundial del momento (Ronaldo Nazario llegaría al verano siguiente).

El fichaje del siglo se cerró en Turín cinco días antes, tras acordar Florentino con el director general de la Juventus, Luciano Moggi, un precio récord para la época: 12.000 millones de las antiguas pesetas (72 millones de euros). Dos días antes había habido un primer contacto en Lugano, pero las dos partes estaban condenadas a entenderse. La cumbre de Turín se produjo en la casa de Umberto Agnelli, el hermano del gran magnate de la Juve, Gianni Agnelli. Les acompañaban Roberto Bettega, Luciano Moggi, Roberto Giraudo y Jorge Valdano, que acompañó a Florentino desde España en vuelo privado que partió desde Torrejón.

Moggi empezó las conversaciones pidiendo 14.000 millones de pesetas. Una locura. Luego pidieron a Makelele y Helguera en el lote del posible acuerdo. Pues no. Florentino fue inflexible y logró que fuese sólo un acuerdo económico, reforzado por el “sí” personal que tenía el mandatario blanco del propio Zidane, con la famosa servilleta que le entregó en una gala de la FIFA en Montecarlo: “¿Querrías fichar por el Madrid?”. Zizou respondió, sorprendentemente, en inglés: “Yes”. Eso le bastó a Florentino para hacerse fuerte y lograr el gran objetivo estratégico del club (deportiva y económicamente), cerrado en 12.000 millones de pesetas. La Vecchia Signora también se dio por satisfecha, porque con esa suma récord de dinero fichó a Buffon, Nedved y Vieri.

Zidane recibió la buena nueva en Bora Bora, donde fue de vacaciones con su mujer Veronique (medio española al ser sus padres de Almería, aunque ella nació en la localidad francesa de Rodez) y sus hijos. En La Polinesia pudo ver cumplido su gran sueño. Zidane quería fichar por el Madrid desde que cayó derrotado con la Juve en la final de la Champions en Ámsterdam, en el día de la Séptima y el gol de Mijatovic (20 de mayo de 1998). Se quedó prendado de la grandeza y el peso de la camiseta blanca. Por eso, en esa mañana calurosa de julio de 2001 en el Palacio de Hielo no pudo disimular su satisfacción al posar con su nueva camiseta blanca, con el número ‘5′ a la espalda, ese dorsal que ahora luce con tanto brillo y orgullo Jude Bellingham (el inglés siempre ha mostrado su admiración por el francés). Zidane dejó el Madrid en 2006 renunciando a su último año de contrato y a 2.000 millones de las antiguas pesetas. Un gesto señorial que el club valoró una década más tarde dándole el banquillo del primer equipo en enero de 2016 tras destituir a Rafa Benítez. Zizou ya había pasado al santoral del madridismo con su gol inolvidable al Bayer Leverkusen en la final de la Novena en Glasgow, pero como entrenador tocó el cielo de la leyenda eterna al conquistar tres Champions consecutivas (2016, 2017 y 2018). Un triplete irrepetible. Zidane siempre estará en el corazón del madridismo militante. Todo empezó hace 23 años…

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