Vinicius vuelve a pista
El brasileño sacó ante el Levante su mejor versión tras la polémica por su cambio ante el Espanyol. Marcó, bailó... y jugó los 90 minutos.
Del ojo del huracán al hábitat en el que se siente más cómodo: la pista de baile. La que le saca una sonrisa. Como la que esbozó cuando uno de sus compañeros gritó al terminar la flash interview con Real Madrid TV: “¡Baila, Vini!“. Como había hecho tras marcar el gol con el que abrió el marcador en el Ciutat de València. En un partido en el que se le vio liberado tras un inicio de temporada convulso, en el que el debate sobre su papel en el equipo, su futuro y su renovación estaban silenciando sus goles y sus regates. El brasileño vuelve a sonreír, vuelve a bailar. Vinicius vuelve a la pista.
Los números de este inicio de temporada hablaban de un Vinicius letal: dos goles y dos asistencias. Las sensaciones, de un jugador alicaído. Y molesto. Su sustitución ante el Espanyol elevó el volumen de la escandalera. Y la cumbre que su agente mantuvo con el club el lunes en Valdebebas no supuso sino la ratificación de que si todavía no había ‘caso Vinicius’ era necesario frenarlo antes de que estallase. Y resultó un bálsamo reconstituyente para el carioca, que cambió el ruido por el sonido del Stradivarius. Un virtuoso que deleitó a sus seguidores con un gol delicatessen con el exterior digno del mejor Modric. La melodía del gol como mejor remedio para cualquier mal.
El del Levante fue su mejor partido hasta el momento. Vini fue el jugador más peligroso del Madrid ante los granotas. El que más remató: siete intentos, cinco de ellos a puerta, con una ambición ante la portería rival que no se le veía desde las vísperas de aquella decepción que supuso el Balón de Oro del año pasado (solo en los 120 minutos de la vuelta de semifinales de Copa ante la Real había rematado más en los últimos once meses). Quizás eso también sirvió para pasar página y ver al Vinicius más driblador, que superó a sus oponentes en 4 de los 7 regates que intentó. Ganó 11 de los 17 duelos que disputó y recibió 6 faltas, muestra de las dificultades que tuvo el Levante para contenerle. También fue el segundo jugador del Madrid que más ocasiones creó, tres, solo por detrás de Güler. Y a ello sumó ese compromiso defensivo que Xabi pide a todo el equipo: fue, con cuatro recuperaciones, el tercer madridista que más balones ganó.
Una actuación que su entrenador premió. Por primera vez esta temporada Vinicius jugó el partido completo. Nada de cambios para repartir minutos. Ni para preservarle de cara al derbi. 90 minutos para reforzar la confianza del 7 madridista, que además acabó el encuentro con el brazalete de capitán. Xabi sacó el manual de gestión. Para resarcirle del enfado del sábado ante el Espanyol. Para evitar un nuevo conato de incendio. Para recompensar un partido sobresaliente.
“Ojalá pueda seguir marcando goles así. Es uno de los más bonitos que he hecho. Estoy muy contento por el partido y por la victoria”, decía un Vinicius que quiso demostrar también su adhesión a la filosofía de Xabi. “Lo hicimos muy bien desde el principio con la presión y la posesión. La defensa, la unión y el trabajo de equipo son claves”. Y ahí está el Vinicius que recuperó cuatro balones en Valencia. El que vuelve a regatear, vuelve a marcar… y vuelve a bailar.
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