Vinicius frente al espejo de Neymar

Neymar fue quien encendió la mecha de la polémica en Brasil con el tweet que publicó en sus redes bajo el mensaje “Baila Vini Jr”, con el que parecía querer responder a lo dicho por Koke sobre una hipotética celebración del madridista en el Metropolitano. Pesos pesados del fútbol como Pelé o Iniesta han participado de ese movimiento que ha dado la vuelta al mundo y que ha servido también para denunciar los mensajes racistas que ha sufrido Vinicius. Ayer y para cerrar el círculo, Neymar publicó un segundo tweet: “¿Soy el único que amaneció con ganas de que Vinicius marque un gol mañana (por hoy)?”.

Neymar vio recientemente una amarilla en Champions (ante el Maccabi) por celebrar un gol de la misma manera que lo hace desde el comienzo de la temporada, sonriendo y moviendo las manos por encima de la cabeza. Gesto que el árbitro consideró una burla hacia el público y no dudó en amonestarle. Neymar denunció lo sucedido en twitter, alegando “una falta de respeto al deportista, llevándose una amarilla por no hacer nada”. Y vio en lo sucedido con Vinicius, que como él suele sufrir el juego duro de los rivales, la situación ideal para tomar partido.

Cuando Neymar llegó al PSG denunció en varias ocasiones la excesiva dureza con la que le trataban los rivales en el campeonato francés. “¡Tanto que se habla de ello, tanto permitimos este exceso de violencia! ¿Por qué no pararlo al principio, en la primera falta, por qué esperar a la séptima, octava o novena?”, llegó a quejarse públicamente su padre después de que retiraran a su hijo en camilla, en 2020, de un partido ante el Olympique. Pero Neymar se rebela. Aun siendo un jugador de ataque ha sido expulsado 9 veces por responder a las faltas de que es objeto (3 veces con el Santos, 1 con el Barça, 4 con el PSG Y 1 con la Selección brasileña). Vinicius ya ha sufrido 15 infracciones desde que comenzó esta Liga (el segundo jugador que más), y fue el quinto al que más pegaron la temporada pasada (74) sólo por detrás de Fekir, Muniain, Galán y Guedes. En eso se ve frente al mismo espejo que Neymar, que siempre ha demostrado que juega sin complejos: “No voy a cambiar mi manera de jugar. En el fútbol muchos dan patadas y codazos, pero no todos regatean”, comentó llegó a decir Neymar cuando aún jugaba en el Barça.