Villarreal y Getafe se quedan a medias

Marcelino y Bordalás no se fueron a dormir del todo contentos. Tampoco enfadados. El empate no mete de lleno al Getafe por la lucha europea que era el objetivo. Greenwood tuvo un par para haber salido triunfantes de La Cerámica. Pero también es cierto que el Submarino tuvo más, sobre todo en la primera mitad. En ese sentido, el técnico asturiano se puede mostrar satisfecho. Eso sí, el punto no saca definitivamente al Villarreal de abajo y además sigue sin ganar en casa, un objetivo que ya es urgente. El fallo, en una acción a balón parado, que significó el gol de Maksimovic, tampoco pone el tick de corregido en uno de los debes del Villarreal en toda la temporada: las acciones defensivas del balón parado.

El Villarreal podrá decir que David Soria fue el mejor de los azulones. El portero amargó él solito a los delanteros amarillos. Baena se encontró con el meta en dos ocasiones, justo antes y después del gol de Maksimovic. El serbio aprovechó un mal despeje de Mosquera, tras un saque de falta, para poner el 0-1. El colombiano erró en el despeje pero tampoco había ningún compañero tapando al serbio de cara a una segunda jugada.

Lo bueno del Villarreal es que se levantó rápido del golpe. Además de la de Baena, Comesaña estuvo a punto de marcar pero entre Maksimovic y Soria la sacaron en la línea. El portero también amargó a Guedes justo antes del descanso. Parecía increíble que el Villarreal se fuera perdiendo al vestuario.

En la segunda parte todo se igualó. Pero precisamente fue en este momento cuando Alberto Moreno empató, tras una jugada en la que el balón fue de lado a lado varias veces, antes de caer en los pies del lateral, que fusiló a Soria, entrando el balón por el palo corto.

Con el empate, el Villarreal iba cuesta abajo pero las arrancadas de Greenwood congelaban La Cerámica. Un remate en semifallo del inglés olía al 1-2 pero el eterno Albiol la sacó de debajo de los palos. Gerard y Morales también percutieron pero Soria volvió a detenerlos en seco para amarrar un empate con sabor agridulce.