ALAVÉS

Villalibre: “Mis amigos me vacilan todavía con Messi”

Protagonizó la primera expulsión del astro argentino con el Barça. Hincha de U2, el delantero se foguea cedido del Athletic al Alavés, donde espera el ascenso, aunque “pasito a pasito”.

PAULINO ORIBEDiarioAS

Asier Villalibre aterrizó con buen pie al Alavés, con tres goles en apenas un puñado de minutos, en un destino para ser “feliz” tras padecer el ostracismo en Bilbao en la primera vuelta de Liga: “En el tema futbolístico quieres jugar y tenía esa ambición por dentro. Me estaba comiendo un poco, necesitaba salir y tener estas oportunidades”, lanza el delantero cedido por el Athletic en Mendizorroza. No lo consideraba un paso atrás, todo lo contrario, reitera. “No tiene sentido, quería minutos y era un paso hacia adelante”, señala.

Su misión en el Alavés es diáfana: “Por supuesto, es todo lo que todos queremos, pero pasito a pasito”, despeja sobre el deseoso ascenso de El Glorioso a la máxima categoría, apelando a la prudencia con el 12 albiazul a la espalda. “Soy introvertido, bastante mío, me gusta tener mi espacio, pero el grupo me ha ayudado mucho a integrarme. Mis compañeros son geniales”, reconoce sobre su vida rutinaria a caballo entre Bilbao, donde sigue viviendo salvo en noches puntuales que pernocta en la capital alavesa, y Vitoria en una entrevista de la SER en Euskadi desde Ibaia, donde ahora se foguea el búfalo de Gernika con el Gorbea de fondo. Se ha “sorprendido” de la afición del Alavés por cómo le “animan” de manera tan fogosa como un digno sucesor de otros leones anteriores como Luis de la Fuente, Julio Salinas o Ibai Gómez.

El último día de servicio con el equipo de Luis García Plaza se fue “enfadado, de morros conmigo mismo” tras errar algunas ocasiones ante el colista y con el VAR: “Cuando no sacas el resultado que quieres, sacas quejas. Todos nos equivocamos, fallé las ocasiones y ojalá tuviera una máquina para repetir la acción”, lanza Villalibre, encantado del nivel en Segunda pese a algún “desorden” más que su periplo por la moqueta de la Primera. Al Athletic actual de Valverde ale ve “compitiendo muy bien, con el Barça hizo un gran partido, con muchas ocasiones. Ter Stegen hizo paradas, ya sabemos el espíritu que tienen”, señala de sus compañeros, aunque considera que “es diferente” sentirlo desde fuera. “Dentro ayudas a los compañeros, tengo contacto con el grupo, que ensayamos cada semana un día los seis, con Raúl (García)”, desvela el vocalista y trompetista de Orsai, al que ya en Vitoria le han deslizado ya las partituras del himno por si ascienden y lo celebran en la plaza de la Virgen Blanca.

La final de Copa sigue latente, con Osasuna como último escollo para el Athletic: “Mucha ilusión en Bilbao, hay mucho tiempo entre partido y hasta el 4 de abril queda bastante. Lo bueno es que llegue en buen momento, San Mamés va a explotar y es difícil perder en una semifinal como la mítica ante el Sevilla”, recuerda a modo de reflexión a las puertas de otra posible gran final en La Cartuja. “Si puedo voy a estar animando al equipo”, despeja. Villalibre tiene muy presente la primera expulsión de Messi por una agresión hacia él que causó un gran impacto en un apasionante Barça-Athletic en enero de 2021: “Mis amigos que vacilan con eso, una toba, como Messi, me dicen... Era normal por la tensión y no le doy más importancia”, rememora con sorna sobre un episodio imborrable.

Se declara seguidor de “U2 (su grupo favorito), Gatibu y AC-DC”. A los Williams les seduce más el Reggaeton, que a Villalibre “no le gusta” y García Plaza pone en los viajes del equipo babazorro “tecno, que no está mal”, apunta. Lo de la Txalaparta en San Mamés le convence por ser “típico de Euskadi, estoy a favor aunque no sea muy motivante”, opina sobre un tema bastante protestado. Ni se le ocurre afeitarse su poblada barba, con la marca Lea (espuma para rasurarla) en el pecho del Alavés, que es curiosa por el significado del patrocinador: “Me veo bien, me gusta. Larga no me molesta ni me pica, a veces el bigote me molesta para beber”, remarca sobre su ícónico signo diferencial. En junio finiquita la cesión y “vuelve a Bilbao, eso pone el contrato, aunque no depende de mí”, relata comedido desde Ibaia, donde es muy feliz y se siente futbolista.

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