Un Sevilla sin plan B

Este Sevilla no tiene plan B. La cortedad de plantilla, repleta de deficiencias, y cierta falta de imaginación del técnico Xavi García Pimienta en la dirección de los partidos condenan al equipo de Nervión a mantenerse en la mediocridad de la tabla y todavía con más miedo a los puestos del abismo (que están a 9 puntos de distancia) que con ambición por hacia la clasificación europea, que se encuentra solo a tres.

Tras el postrero empate del lunes , el entrenador catalán no quiso poner el foco en la falta de sustitutos fiables que le ofrece el banquillo y dio una extraña excusa para sus pocas ganas de cambiar ante el Mallorca: “Es muy difícil entrar desde el banquillo cuando el partido está en movimiento. Los cambios son para mejorar el equipo y lo que hice creo que era lo mejor”. Evidentemente, ante el asedio al que los bermellones sometieron al Sevilla en la recta final, con empate incluido, los que entraron no le dieron un plus al equipo.

La realidad es que el Sevilla ahora mismo no dispone de un 9 suplente, pues Akor Adams se lesionó al poco de llegar en el mercado de invierno; no existen centrales que puedan sumarse a defender un resultado como el 1-0 ante el Mallorca: Nianzou se lesionó para todo el año, Gudelj no parecía bien físicamente y Marcao ha perdido la confianza, parece que de manera definitiva; para solidificar el mediocampo esperaban Agoumé, quien tampoco ha convencido a casi nadie, y el joven Manu Bueno; Suso anda desconectado desde hace meses e Idumbo ha pasado a un tercer plano; por no haber en la banca del lunes, no había siquiera dos laterales suplentes que le dieran la vez a Carmona y Pedrosa.

“El entrenador mira para atrás y no sabe a qué policía meter en el campo”, afirmó hace décadas el periodista utrerano Rafael Sierra sobre, precisamente, la falta de efectivos fiables de otro Sevilla pobre como el actual. García Pimienta encuentra coartadas en su escasa plantilla, aunque tampoco pone demasiado de su parte a tenor de las críticas que está sufriendo. Ya en Getafe, a comienzos de febrero, los sevillistas desplazados al Coliseum le llegaron a gritar al entrenador desde la grada que hiciera algún cambio, bien entrada la segunda mitad. En Nervión no ha habido aún ese clamor, pero sí un runrún cada vez más apreciable.

El otro día, Pimienta solo realizó tres de los cinco cambios permitidos y el primero (Agoumé por Sow) no llegó hasta el minuto 81. Lo de no agotar las sustituciones ha sido habitual en el barcelonés. Siete partidos acumula ya este año así. La pasada campaña, en Las Palmas, le sucedió hasta en 10 ocasiones. Y sus volantazos, salvo contadas excepciones, no han dado los resultados esperados. Se trata de un técnico, eso sí, que suma su tercer año en la elite, el segundo solamente en Primera División.

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