Torpedos contra Mbappé

Un Submarino Amarillo se aproxima al Portaaviones Mbappé. Un portaaviones nuevecito recién salido de astillero cuesta 13.300 millones de euros. Mbappé no tanto, pero se va a aproximando. Porque está llevando al Real Madrid a cuestas y todos, también el Villarreal que navega hoy por las procelosas y minadas aguas del Santiago Bernabéu, lo saben (sigue el partido en directo en AS.com).

Con Vinicius de capa caída, Mbappé es más de media era Xabi hasta ahora. El 56,5% de los goles del Madrid en los nueve partidos oficiales de esta campaña han venido de su dorsal 10. Sólo el Mallorca, con Muriqi autor del 66% de sus dianas y el Celta, en su caso pandadependencia con el 60% de sus tantos obra de Borja Iglesias, viven más atados al acierto de un único futbolista que Xabi de su gran astro.

En el Villarreal la cuestión de mojar se resuelve mediante un comité de aguijones color groguet. Se ha bajado algo el suflé con Tajon Buchanan, copichichi con Mbappé al inicio de la Liga, hijo de inmigrantes jamaicanos en Canadá y que comenzó su carrera en el Real... Colorado. Del soccer a Bélgica y más tarde al Inter, y este verano en propiedad a La Cerámica por 8,5M€. De muy niño tuvo que dejar el fútbol un tiempo tras el fallecimiento prematuro de su padre mientras la familia sobrevivía como podía en Brampton (Ontario) y hoy se estrena en el Bernabéu. En sequía desde su hat-trick al Girona en la jornada 2ª, aún supone un arma nada desdeñable para Marcelino.

Que tiene bastante donde elegir para buscar la línea de flotación blanca. Del costamarfileño Nicolas Pépé, antaño fiasco estrepitoso del Arsenal y ahora rehabilitado para la élite, al israelí Manor Solomon, cedido por el Tottenham, ausente del empate ante la Vecchia Signora para cumplir con el Yom Kipur y que vuelve hoy. Y, por supuesto, Georges Mikautadze.

Porque el georgiano que más expectativas ha levantado a orillas del Mediterráneo desde Ilia Topuria ya golpea. Su coste, 30M€ abonados al Olympique de Lyon, le hacen el fichaje más caro de la historia del Submarino superando los 25,5M€ que costó Paco Alcácer. Por ello su gol a la Juventus el pasado miércoles anima, vaya que sí. Sólo falta para ayudar a Moleiro el resto del producto nacional, Ayoze Pérez y Gerard Moreno, bajas por lesión, como lo son también para Marcelino los Pau Navarro, Logan Costa, Foyth y Kambwala. Atrás se erigen dos torres como Renato Veiga y Rafa Marín, este a préstamo por el Nápoles y sobre el que el Real Madrid, ávido de centrales cuando en verano diga adiós a Rüdiger y Alaba, aún tiene una opción de recompra. La principal novedad será la vuelta bajo palos de Luiz Júnior después de la oportunidad en Champions a Arnau Tena.

Tras el chasco del 2-2 in extremis contra la Juve del miércoles, porque va encadenado el 1-0 en Londres de la primera jornada Champions, al técnico asturiano le toca dejar de lado el glamour continental para pensar en práctico. En esta Liga en la que, de poner patas arriba el Bernabéu, podría dormir hoy colíder. Al pan, pan y al vino, vino, dirá Marcelino. En el estadio donde comenzó a labrarse un nombre (con el 0-3 a los mandos del Recreativo que casi hunde a Capello en 2006) mirará a los ojos de la historia groguet. Igualará los 259 partidos de Pellegrini en el Villarreal. Récord relevante en un club que siempre sostiene un rumbo muy firme.

“Tenemos alma y fe”, alabó precisamente Marcelino tras la Juve para elevar la moral de su tripulación de cara al Bernabéu y la de su primer oficial, Parejo. El canterano blanco que ponía en pie a don Alfredo Di Stéfano peina ya alguna cana y regresa a casa de bajón porque un gravísimo error suyo le dio el 1-2 a los bianconeri. Pidió perdón casi hasta al recogepelotas, capitanazo.

Un Madrid con cierta desubicación

Como quiere serlo otro que pasó por La Fábrica como él pero que ahora manda (y mucho) en el Madrid. Fede Valverde es de repente un affaire que unir a las cuestiones que aún supuran del desastre en el Metropolitano. Una rara vía de agua en el casco con un futbolista que justamente es el que se encargaba siembre de achicarlas. “Nunca me he negado a jugar”, alzó la voz el uruguayo tras el controvertido sainete a pachas con Xabi en Kazajistán a cuentas del lateral derecho. Se le espera hoy en su parcela habitual y no en la que ha generado el lío. Un terreno ahora mismo problemático por las bajas de Carvajal y Trent pero que no le genera urticaria a Asencio, el que apunta a titular de dos y que hace de la necesidad virtud.

El Madrid ordenado del arranque ahora peca de una cierta desubicación. Además de los dimes y diretes con su Halcón, el poner apresuradamente a Bellingham en el derbi significó desplazar a un Güler convertido en el mejor amigo de Mbappé. Por seguir con la analogía naval, si esto fuese Top Gun, el turco sería el Goose de un Kylian que se maneja como Tom Cruise en el papel de Maverick haciendo cosas imposibles. Pero Jude es mucho Jude. Xabi medita hacer un reset y esperar a reincorporarlo a la titularidad en mejores condiciones tras el parón aprovechando que no se va con Inglaterra. Hueco, por ende, para Mastantuono. Por último pero no menos importante... Vinicius. Superado en el escalafón por Mbappé, genera más atención por sus suplencias y sus aspavientos si se tiene que ir al banquillo que por su juego. Devolverlo a la buena ruta sigue siendo una de las misiones por completar de Xabi.

Todo ello pasará por el foco siempre agudo de la parroquia de Chamartín. El Bernabéu jugará y juzgará. El 0-5 en Almaty del martes compró algo de tiempo, pero poco más. Los ultraveloces ritmos del fútbol profesional que apenas dan tiempo a la reflexión y la memoria inmediata del aficionado no son suficientes para meter el despropósito del derbi bajo la alfombra persa. A Xabi, que recupera a Militao, le toca demostrar que no se le descose lo tejido casi en tiempo récord. Que el radar funciona ante el Villarreal y que las cada vez más próximas batallas del Clásico y Anfield, visto lo visto ante el PSG y Atlético, no dan miedo.

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