Stuani traslada la pena máxima a un Espanyol que tiembla

El Espanyol se tambalea y al final de la jornada podría caer a la lona, al descenso. El conjunto perico logró, con escaso fútbol, empatar una vez al Girona, pero tras la roja directa a Sergi Gómez se quedó sin fuerzas y a merced de un Girona que supo morder al oler la sangre. Arnau Martínez con un golazo hizo el 1-0, a lo que contestó Braithwaite gracias al primer, y único, tiro a puerta del partido de un Espanyol que al final no solo se le vieron las costuras sino que se quedó desnudo. Vini Souza hizo un penalti sibilino a Santi Bueno en el 88′ y con Stuani sobre el terreno eso es gol seguro. Al charrúa no le tembló la pierna derecha y dio los tres puntos a un Girona que hizo retumbar Montilivi y que ya tiene un colchón de ocho puntos respecto del descenso. Ya los querría un bloque perico que tiembla y se queda a merced de Valencia y Almería para no acabar en los puestos que llevan a Segunda División.

El encuentro arrancó con más atención en la grada de la deseada por algunos conatos de peleas aisladas entre hinchas, especialmente en el Gol Sur, y el desplazamiento de aficionados del Espanyol hacia las cercanías de la Zona Visitante. Con el paso de los minutos, todos los focos se centraron en el fútbol y ahí el bloque de Míchel arrancó con una marcha más que los pericos. Eso sí, se constató el respeto y apenas se produjeron ocasiones. Todo insulso. Diego Martínez apostó, ante la ausencia de lateral zurdo natural, por Óscar Gil para intentar tapar a un Tsygankov que le hizo sufrir. Lo que se vio claro fue que el Espanyol pareció cómodo defendiendo y solo se mostró en ataque con algunas apariciones de Rubén Sánchez y Puado por la derecha. Se echó de menos a Sergi Darder, aunque cuando se dejó ver el conjunto blanquiazul lo agradeció. Ocasiones claras, ninguna, pese a los intentos de ‘Taty’ Castellanos y Tsygankov. Por el lado del Espanyol, Gazzaniga ni se inmutó.

Tras el descanso, el Girona fue el primero en asustar. Iván Martín tuvo, en el 47′, el 1-0 pero después que Pacheco desviase su disparo el línier levantó la bandera en señal de fuera de juego. Lo que sí estaba claro es que no parecía el día de un Espanyol moribundo. La muestra más clara fue cuando una contra liderada por Darder en el 50′ se quedó en nada. Los blanquiazules tenían superioridad ante David López y Santi Bueno y se desaprovechó de manera inexplicable. Y claro, como a perro flaco todo son pulgas, en el 53′ llegó el 1-0. Arnau Martínez recogió el despeje de un córner para, en dos toques, colocar el balón en la escuadra. En la celebración, el joven futbolista rojiblanco se besó el escudo en un aviso a navegantes: tiene ofertas de los grandes Primera, pero en Girona es feliz. Ese tanto desató los cánticos de ‘a segunda, oé' por parte de la grada de Montilivi hacia los hinchas y jugadores del Espanyol. Eso, la verdad, es que pareció espolearles. También ayudó la irrupción de Denis Suárez porque, en el 73′, llegó el 1-1. Rubén Sánchez colocó el balón al segundo palo donde Puado, de cabeza, lo colocó en el área pequeña y ahí emergió Braithwaite para no perdonar.

Fue un balón de oxígeno que el Espanyol no supo gestionar. Faltó serenidad, justo de lo que pecó un Sergi Gómez que se pasó de frenada en una acción con ‘Taty’ Castellanos. Primero vio la amarilla por una entrada durísima, pero tras una revisión de apenas segundos en el VAR el colegiado la cambió por la roja directa. La barca perica, entonces, ya navegó a la deriva y el 2-1, de penalti, solo hace que seguir señalando que toca seguir con la autocrítica. La jornada puede acabar con el equipo perico en descenso, esa sí es la (cruda) realidad.