Sobran extintores para Wembley

Desde que el Madrid firmó su matrimonio con la 36, los de Ancelotti están de luna de miel. En los encuentros para rodar a los presuntos elegidos para Wembley, fiesta. En los dedicados a pulir a la presunta Unidad B, ídem. Y la combustión instantánea de Sorloth en La Cerámica no vacía el vaso ni un ápice en lo que a Ancelotti respecta. “El objetivo no eran los puntos, no los necesitamos. Era hacer un buen partido, con intensidad, evitar problemas y lesiones. Salió todo perfecto”. Palabra del de Reggiolo. En realidad, Carletto comprobó en Villarreal que, en caso de incendio en Londres, tiene varios extintores a pleno rendimiento. Brahim, Modric, Joselu, Lucas Vázquez, Fran García o un Güler enamorado del gol, tanto como el balón lo está de él.

Alternativas línea por línea. Hasta Lunin, que pudo despedirse de la temporada con un vuelo ante Sorloth antes de que el vikingo se merendase a Militao, la mala nueva de La Cerámica, asegura tener los guantes listos si Ancelotti lo considerase oportuno. Como Lucas Vázquez y Fran García en los laterales. El derecho firmó una actuación más habitual que casual en su temporada. Dos asistencias, un caramelo a Joselu y un pase que convirtió en oro Güler, y un gol con ‘alma de 9′, fusilando a Jorgensen con la izquierda. Una campaña de tres goles y ocho asistencias. Cada 160,4 minutos, Lucas participa en un tanto. Mientras que Fran sufrió, mucho, con Gerard Moreno, pero demostró que a corazón no le ganan (siete recuperaciones, más que nadie) y que su zurda es un guante (cinco centros en La Cerámica, también líder, y seis asistencias en el curso) que ofrece variantes respecto a un Mendy más rocoso.

Aunque es en campo contrario donde Ancelotti tiene una coctelera plagada de ingredientes. Carletto planteó en Villarreal una triple mediapunta Brahim-Modric-Güler. Movilidad perenne y mucho tino. Empezando por un Luka que justificó una renovación a la que apenas le falta el broche. Tres ocasiones creadas, 86 pases completados (con un 93,5% de acierto) y 33 de ellos en el último tercio. Estadísticas todas lideradas por el genio de Zadar. Además de cocinar el tanto de Lucas con un envío al que Brahim se encargó de dar continuidad con la planta de la bota. La segunda asistencia del malagueño (con la primera habilitó a Arda) en la tarde-noche, la novena de su temporada. Más 12 tantos que pulverizan su mejor año realizador (siete por partida doble en el Milan). A Wembley llega disparado el 21, con tres goles y cuatro asistencias en sus últimos tres encuentros.

Como un Güler que agota calificativos a Ancelotti. “Tiene un don”, “el balón está enamorado de Arda” o el análisis conciso tras Villarreal: “Es especial”. Lo es. Al menos, sus números lo son. Seis disparos entre los tres palos en Liga, seis goles. Cada 62 minutos, al zurrón. En La Cerámica sacó dos veces la varita y firmó su primer doblete con el Madrid. El de Altindag ha utilizado la Liga como trampolín para convertirse en opción para la Champions. Si Carletto necesita olfato, Güler lo tiene a pleno rendimiento.

Al igual que Joselu, que siguió sacando brillo a un rifle que ya ha disparado en 18 ocasiones, la última al peinar un servicio dorado de Lucas este domingo, más que nunca como profesional (su récord, los 17 de la temporada pasada en el Espanyol). El décimo en Liga, siendo el único en haber alcanzado la decena en las últimas cinco temporadas. El ariete modifica el dibujo y en estado de emergencia es el salvoconducto principal del cuerpo técnico (Davide insistió en meterle al campo para remontar al Bayern). Partido a partido ‘compra’ su continuidad con rendimiento. Si la final de Champions viene con curvas, Ancelotti tiene muchas variantes para buscar enderezarla. La Cerámica lo confirmó.

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